tag:blogger.com,1999:blog-9227390499797997462023-11-15T09:37:45.193-08:00GambetasDel poste rabioso y El Jaibo BravoGambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.comBlogger23125tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-3914076301196201772012-06-18T20:02:00.002-07:002012-06-18T20:02:56.166-07:00Se me fueron las palabrasPor El Jaibo Bravo
Que fácil fue dejar de escribir, así como decir ay muere y ya no quiero decir más.
Pero no fue un no querer escribir, no fue un me enfadé, fue más bien una serie de circunstancias, historias, anécdota, ideas y sueños que se mezclaron todos, toditos, y de ahí en adelante ya no supe qué decir.
Demasiada revoltura, demasiados temas, demasiadas cosas que se me quedaron en la punta de los dedos y nunca los llevé a la terapia sanadora de la escritura.
Pero volví, la contraseña nunca la olvidé, está fresquita en mi memoria, pero de seguro EL POSTE RABIOSO me va a recordar a mi jefecita.
Pero venga que volvieron las ganas de escribir y de contar. Hablar de futbol siempre fue lo mío, aunque mi jefe me diga que no se nada, pero y ¿Quién sabe de futbol?, si a veces ni los mismos entrenadores saben de futbol.
Yo solo se que la pelotita me manda a la red, una y otra vez, y quiero ver jugadas de gol y gambetas, y qué mejor que trabajo en el futbol, en un equipo de futbol, aunque nunca toque la bochita.
Por ahora estoy en pretemporada, se eligieron jugadores y se renuevan emociones. Se viene liga, se viene la copa y mis ganas de que empiecen los juegos aumentan.
Ya quiero ver a mi equipo, que toquen la bola, tiki taka, y que caiga un gol, o por lo menos me hagan desgarrar la garganta, porque cualquiera de ellas me erizará la piel, y volveré a decir: cómo me gusta el futbol.
Ya les contaré como vengan dándose los juegos. Hasta pronto.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-7341572964414301952011-04-21T12:43:00.000-07:002011-04-21T12:44:09.736-07:00Un clásico hasta para intelectualesPor El Poste Rabioso<br /><br />No pude ver el partido por la copa del Rey; trabajé. Por la noche y tras chutarme el partido del América, busqué los resúmenes televisivos y escuché varias opiniones del encuentro, así como observé una y otra vez la repetición de las jugadas claves. <br />Satisfecho dejé los resúmenes, le di la vuelta al sistema de canales para ver qué pudiera ver en esa noche calurosa y me entretuve con un programa de opinión de corte cultural que también hablaban del clásico español.<br />Ahí un hombre definía el encuentro como todo un acontecimiento social en donde dos fuerzas antagónicas eran representadas por ambas escuadras. Sentí asco, seguramente ese tipo poco sabía de pasiones inútiles y buscaba con argumentos más o menos rimbombantes explicar lo inexplicable.<br />El sujeto en cuestión, antes de encontrar el hilo negro de las dos fuerzas antagónicas, dijo sentirse sorprendido que el partido por la Copa del Rey fuera tan visto en México si en el país hay noticias más importantes y, además, se trataba de un encuentro de España y no de la liga mexicana.<br />El tamaño de su sorpresa es directamente proporcional al tamaño de su ignorancia en términos del fútbol como fenómeno de masas. Claro está que cada quien tiene derecho de ser indiferente a lo que se pegue la gana (hasta a los terribles problemas que enfrenta nuestro país) más aún, tiene derecho a hablar de eso que le es indiferente (como, por ejemplo, hablar de los terribles problemas que enfrenta nuestro país); pero no esperen que uno se empecine a ver a esos sujetos que hablan de fútbol solo porque tiene una carrera universitaria y utilizan tal o cual teoría de análisis del discursos hasta para encontrar mensajes en la sopa de letras.<br />El programa cultural, un panel de discusión, evidentemente no llamó mi atención más allá de la sorpresa primigenia de toparme con un análisis académico de un tema que me había apasionado como fanático de fútbol. Cuando el sujeto empezó a decir cosas obvias, cambié de canal y me puse a ver una película de zombies que tenía un argumento mucho mejor estructurado.<br />Pasa que en estos días de acontecimientos deportivos (y el choque entre Real Madrid y Barcelona lo es) las demás propuestas televisivas que no están vinculadas con el deporte intentan subir al ring a tirar patadas, muchas veces de formas burdas y sin estética. Lo sé porque lo he visto y porque también trabajo en los medios. Es patético y ofensivo que nos crean lectores o espectadores pendejos. Sufro y me ofendo.<br />No sé como se llama el programa, solo di un vistazo rápido, pero pasaba en el canal 22 y eran algo así como las once la noche. De cualquier forma poco vale esta información, lo que interesa aquí es el desprestigio que a veces se le tiene al fútbol al considerársele como un espectáculo de poca monta, que solo sirve para enajenar ilusos y que después, cuando es tema de conversación, se intente quitarse esa categorización injusta de ser un ejercicio insulso con justificaciones academistas. En todo caso el fútbol es -para bien de los que nos gusta este deporte- y con eso estamos más que contentos.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-4972373495898306182011-04-15T15:53:00.001-07:002011-04-15T15:54:45.740-07:00Visitó América a Argentino JuniorsPor El poste rabioso<br /><br />Fueron a territorio enemigo confiados de su poderosa pero discutible armada.<br />Ahí participaron guerreros de viejas proezas que plasmaron en su álbum de cromos escenas de gloriosas batallas: Pardo, Sánchez, Vuoso; antes triunfadores, sagaces, inverosímiles, sujetos que miraron el crudo y atormentado rostro de Dios.<br />Se plantaron ante el enemigo sumiso, casto, un tanto inseguro, a pesar de ser su tierra la que pisaba. Entonces inició la contienda.<br />Los llamados Argentinos Juniors propusieron la ofensiva confiados en su gente, en su historia, menos grande quizá que la de rival, pero suya y de nadie más y con la ilusión de volver a esa realidad futbolística tan codiciada llamada Libertadores de América que evoca otra épica no menos grande, igualmente debatible, con nombres como San Martín, Bolivar, Martí, Morelos…<br />Los mexicanos más universales pusieron en el mapa sus cartas americanas: Rosinei, Vuoso, Montenegro, Oliveira y hasta Sánchez, al final, y casi logran sacar el triunfo. Pero los de casa hicieron relucir la vieja máxima de uno de los más grandes estrategas militares de la historia: el francés Napoleón, que a más de doscientos años de distancia y el Atlántico de por medio, seguía diciendo que para ganar una batalla solo era necesario ser más que el rival en un punto determinado en determinado punto de la contienda.<br />Eso hizo Argentinos Juniors. <br />Antes de finalizado el primer tiempo el viejo Pardo cometió una falta producto de su cansado cuerpo que no llegó a tiempo a una jugada. Penal y gol, el del empate <br />Para el segundo tiempo el novato Reyes no tuvo la sabiduría del viejo Pardo y sus mejores piernas no supieron responder a tiempo. El gol fue la tumba de un América que confiado más en su historia pasada que en su futuro pretendió corregir el desacierto de no saber conservar la ventaja.<br />Y allá fueron Reyna, Márquez y Sánchez a ponerle garra al frente, creatividad, entrega. Pero una falla, producto del mismo pundonor y discurso de dejarlo todo hasta morir, ocasionó el error que hizo de una derrota estratégica un desastre militar.<br />Layún, lastimado en su cuerpo y en su orgullo se negó a dejar el campo (hombre al fin no supo distinguir el momento en que los dioses le indicaban abandonar) y su error provocó el gol último, el que le quitó la única ventaja que América no había perdido en Argentina, la de la diferencias de goles.<br />Siempre he reconocido al prudente comandante que, con la lucidez suficiente para entender que la batalla está perdida, repliega sus tropas y negocia la paz que salva la vida de algunos. Este América fue imprudente y se llevó un golpe que, de ser sinceros, no merecía por su entrega y su pasión. <br />Nada se ha perdido, sin embargo. La congruencia (que ya es decir demasiado en estos tiempos) es lo único que destaco de este América que la noche del jueves perdió tres a uno contra Argentinos Juniors en las lejanas tierras de América del Sur.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-62852979192214314392011-03-15T23:30:00.000-07:002011-03-15T23:47:16.193-07:00Así, así, no me hagas sufrirEL JAIBO BRAVO<br /><br />Nunca me había dado cuenta el sufrimiento que puede provocar el futbol. <br /><br />Un día estás como periodista, y redactas una jugada con tanta facilidad como si un niño dibujara un superhéroe; al siguiente estás en la tribuna, viendo al equipo para el que trabajas, con un jugador menos en la cancha, con el sol quemante, y con una tribuna hinchada de pasión que lo único que quiere es que metan la bolita en la red; así de fácil, como cuando un niño dibuja a mamá y a papá.<br /><br />La pelota no pasa del medio campo, luego si, pero la vuelven a rechazar, y luego por la banda, cerquita del área, y mientras esa esferita rebota de un lado a otro, el estómago está revuelto, volteas los ojos de un lado a otro, los cierras para ver si ya llegó al área otra vez, pero te das cuenta que apenas pasó un segundo y nada cambió.<br /><br />Los cabellos se levantan como un portero que intenta sacarla del ángulo, y te quieres sentar pero te paras, pero te arrepientes y vuelves a inclinarte en tu grada, pero aparece el extremo derecho, así de rudo como lo dice su posición, y se quita la marca, entra al área, tira el centro para que el delantero meta un martillazo y saltas entre grito y frenesí... pero el árbitro se convierte en enemigo y te acuchilla por la espalda porque marcó offside, y tu te quedaste suspendido en el aire sin sentarte ni pararte.<br /><br />Y sigue el juego y el tiempo se acaba y la gente pide más, pero tu ya no puedes más, te anda de la orina, y no te moverás, aguantarás hasta el final, porque nunca se sabe lo que pasará, porque es tu equipo, porque el extremo vuelve a gambetear, se mete al área, casi en línea de fondo, tira una diagonal asfixiante, te falta el aire, el delantero está de espaldas, los segundos se hacen horas, decide tocarla al borde del área y cuando estás a punto de reclamarle te percatas que viene un atacante, justo de frente, le pega con odio, la bola se convierte en una bomba caliente que el portero no desvía y saltas como Heidi en las montañas, luego pierdes la coordinación, no sabes si saltar o menear las manos, o levantarlas, o las dos cosas, o corear, o gritar, o quitarle la ocarina al árbitro para terminar tú mismo el partido porque viviste todos los sentimientos que se puedan ocurrir y quieres ir a casa a descansar.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-74560176144988453792011-02-16T15:40:00.000-08:002011-02-16T15:43:54.551-08:00Este es el estreno del ChepoEl Poste Rabioso<br /><br />Por un momento pensé que estaba viendo un partido de la selección mexicana contra el de la selección salvadoreña, por el color azul del equipo contrario al nuestro, pero el marcador y el mal accionar de los otros me recordó que se trataba del temible combinado bosnio, una escuadra de gran peligrosidad si recordamos que todos sus integrantes juegan en Europa… del Este.<br />Aburrido como son este tipo de encuentros la noche del miércoles fue tan mezquina en cuanto a fútbol se refiere que solo el resumen deportivo con la cuenta de los goles de otros encuentros nos trae imágenes memorables como el reconocimiento de la gente del Bernabéu a Iniesta, para este simple mortal, el mejor jugador del mundo o la remontada de Inglaterra sobre Dinamarca.<br />Pero, en términos generales, una noche de fútbol para el olvido.<br />Del accionar de los nuestros poco se puede decir, se sabe que estos partidos son para quienes dirigen la selección se llenen los bolsillos del dinero de los nuestros que, desde la Patagonia al estrecho de Bering, desfilan por este continente.<br />Más entretenido que el cotejo me parecieron los escasos minutos que las televisoras dedicaron a esa afición que siempre está ahí, como parte de la escenografía que viene con el paquete de la selección en tierras gringas. Era de conmover cómo una llegada de los verdes enardecía la tribuna y aparecían las banderas que de seguro estaban en oferta.<br />Buena gente somos, buenos aficionados, buenos anfitriones y buenos invitados, somos un país de buenitos seamos chilangos, pochos, jarochos, tolucos o purépechas y ahí estamos dale y dale con el Cielito lindo y el Cómo no te voy a querer y qué se yo de rosarios y letanías.<br />Del fútbol y del progreso de nuestro balompié nada debe de hablarse porque queda claro que eso poco importa, por eso que se haya colocado un técnico tan gris como De la Torre; total, la selección llena estadios en México y en el sur de Estados Unidos (una extensión de nuestro país que llegó tarde a eso de la planeación familiar) que no es necesario tener a la figura, hacer el fútbol increíble o siquiera ganar.<br />Pero esto no es una crítica al sistema empresarial que maneja la selección o al desempeño de este seleccionado en específico (recién nacido, hay que recordarlo) sino al pobre futbol que se brinda en ese tipo de encuentros. Si de todas formas el empresario va a ganar, ¿no sería mejor traer a equipos centroamericanos con los que se tiene más rivalidad? Honduras, Guatemala, El Salvador o Jamaica darían mejor espectáculo sólo por la simple satisfacción de ganarle a un rival odiado y que conste que no pido a adversarios del área con mayor peso como Costa Rica y Estados Unidos, que a lo mejor nos dejaría mal con los nuestros en aquella frontera.<br />Pero si algo hay que decir de lo que nos dejó este partido destaco por el lado mexicano a Barrera y Pacheco y del Bosnio a ese singular jugador descarado y alegre que entró con tanga a la mitad del segundo tiempo, sublime manera de gambetear a los sherifes que mostraron que todavía están en pretemporada. Esperemos con ansias el fin de semana para quitarnos este mal sabor de boca.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-91486538066958222872011-01-28T16:52:00.000-08:002011-01-28T16:56:23.562-08:00NOCHE DE RETASPor El Poste Rabioso<br /><br />La noche del martes acudimos a la cancha que se ha convertido desde hace aproximadamente un mes en el lugar en donde desquitamos todos los ratos de malsano trato con la vida con un partido de fútbol.<br />Nosotros somos los periodistas de un diario verde y simpático y en la cancha editores, reporteros, diseñadores y demás nos reunimos para patear la pelota y que los otros (ahora que lo pienso no sé bien a bien quiénes son los otros contra los que jugamos cada semana) nos humillen y luzcan su buen fútbol.<br />Somos malos, la verdad sea dicha sin adjetivos ni balazos, pero religiosamente cerramos la edición y corremos a una cancha que es siempre el mismo Lepanto, el mismo Waterloo.<br />Yo, que soy muy dado a eso de las imaginaciones inútiles, llego al campo y visualizo en una placa de bronce la frase compungida que le dijera Don Quijote a Sancho cuando con la derrota tuvo que partir de regreso a la Mancha: “aquí fue Troya”. Y como si de literatura griega se tratara entro a jugar contra los mejores en donde los contrarios me conocen porque me roban, mi pisotean y me humillan, seguramente saben que escribo versos.<br />Ahí nosotros luchamos contra el destino que es siempre la derrota y, a veces, nos engalanamos con un gol, una buena jugada o una patética caída que será la comidilla de la semana.<br />Pero hubo un martes que las cosas no salieron mal para nuestra causa. Jugábamos bajo el sistema denominado “retas” que se utiliza cuando hay tres o más equipos, el conjunto que vence recibe a otro que espera fuera de la cancha, mientras el perdedor se retira a la banca para ver quien gana el cotejo y jugar, nuevamente, con el triunfador. <br />No creo necesario decir que nosotros ocupamos en varias ocasiones la banca. Éramos tres conjuntos, uno de ellos festeja un invicto humillante solamente para los otros que sabían que tenían mejor conjunto que nosotros.<br />En una reta, yo había elegido la portería para descansar un rato, estábamos como siempre soportando el ataque rival cuando un disparo confiado en la pierna de quien lo originó se vino hacia mí. Rechacé el balón a tiro de esquina que se cobró sin darle tiempo a los míos de felicitarme y un cabezazo que iba a gol chocó contra mi mano derecha para provocar otro tiro de esquina. Avalentonado salí en el siguiente remate, me quedé con el balón y despegué de tan certera manera que alguien allá en la lejanía, uno de los nuestros, solo y su alma, se encaró con el portero y anotó. Habíamos acabado con el invicto de los superiores.<br />Los otros entraron confiados de poder sacar al más débil de la terna, pero la hazaña se repitió y festejamos como si hubiéramos ganado el boleto para el próximo mundial de tan patética manera que no nos percatamos de que se había agotado el tiempo por el que rentamos la cancha, las luces se apagaban y todos se marchaban. Fue de esa forma como dos goles sirvieron de lindos recuerdos en una larga de semana de noticias, gerundios y censuras.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-58060986251913631562011-01-18T17:07:00.000-08:002011-01-18T17:11:11.358-08:00Desengaños que asaltan las murallas del invierno<em>Por El Poste Rabioso</em><br /><br />Era patético, tengo que aceptarlo, cuatro hombres semiderrumbados en un sillón que tuvo épocas mejores viendo jugar a dos equipos, que también tuvieron épocas mejores, en un televisor mudo.<br />Era sábado, nos habíamos reunido un grupo de amigos para comer y como a eso de las 5 recordé el partido de la América, como era el único americanista encendí la televisión y dejé la reunión social que siguiera sin mí, pero al poco rato tenía un auditorio antiamericanista al que ya estoy acostumbrado.<br />No encendimos el volumen porque escuchábamos a Joaquín Sabina y despreciamos los comentarios de los narradores de fútbol de TV Azteca. Pero el partido del América fue entretenido, terminó dos a dos contra Jaguares con un par de golazos, uno de último minuto. Ese no fue el problema.<br />Atrapados por la inercia del primer encuentro vimos el siguiente partido televisado: Pachuca contra Toluca y entonces la cosa se puso fea. Callados veíamos el ir y el venir de la pelota maltratada por jugadores sin clase mientras nos chutábamos la discografía completa de Sabina, ni en las más memorables borracheras recuerdo haber escuchado de pe a pa al cantautor español, pero nadie quería levantarse a cambiar el disco por la misma razón que nos impedía a cambiar de canal y dejar de ver ese insulto de futbol: pereza.<br />Tarde de ocio, de ocio perverso, narcótico. La jugada más interesante del cotejo fue en la que el línea levantó magistralmente la bandera para indicar un fuera de lugar. Era patético: dos equipos que tuvieron épocas mejores mendigando fútbol a gritos ante cuatro sujetos, que también tuvieron épocas mejores, implorando por lo mismo.<br />A lo lejos, en la sala, dos mujeres invitadas a la reunión platicaban de sus cosas, ajenas a la fuerza que nos hacía tener la vista clavada en el televisor. Claro que hubo mentadas de madre, quejas infructuosas por aquel patético espectáculo parecido a presenciar la muerte por un paro cardíaco de un cristiano en el Coliseo romano. Todo fue inútil, alguien decía “Deberíamos cambiar de canal” y no era una sugerencia, era una súplica para que alguien más lo hiciera porque nosotros, como Barterbly, preferíamos no hacerlo o, como Facundo, deseábamos que lo hicieran ellas. Pero ellas estaban en otro viaje.<br />El cero a cero se impuso, alguien sugirió ir a un bar igualmente decadente, lugar común de la ciudad, yo bebí de mi cerveza y estaba tibia, era un escupitajo en la boca abierta, mente madres para adentro, me desperecé (lo mejor que pude) tomé mi morral y me fui de ahí a seguir rascándome los huevos y, en el entretiempo, escribir esta columna.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-89745324539091082922011-01-14T14:34:00.000-08:002011-01-14T14:36:52.812-08:00SaludosPues aquí estamos de nuevo, Jaibo Bravo, ahí le va un cuento, espero pronto escriba por estos andurriales<br />El Poste RabiosoGambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-43405699514430609082011-01-14T14:03:00.000-08:002011-01-14T14:32:32.750-08:00EL BAILEA cinco minutos de que el pitazo final nos lleve a los penales tengo que confesar que ya no puedo.<br />Quien me marca tampoco aguanta mucho y, sin embargo, hace todo lo posible para que sea yo el del desgaste. Cuando una pelota que, juguetona y malévola, no se va por la línea final de la banda y tengo que ser yo el que vaya por ella, el otro que siempre me persigue fintea que acelera el paso para ir por el balón y yo corro para no ser sorprendido, hace el mismo truco tres veces y tres veces tengo que esforzarme en vano.<br />Con la pelota en los pies la desahogo en otro de mis compañeros que está igualmente cansado.<br />Pero el esférico va otra vez conmigo, mis compañeros me buscan para que haga la jugada que se necesita en estos momentos para ganar el partido. Pero nadie quiere la bola, a donde voltee mis compañeros están bien marcados y nadie hace algo por desmarcarse, sólo Jorge, que en ocasiones parece desaparecer del encuentro, intenta un pique y le mando la pelota para buscar la jugada que impida los penales.<br />Lamento equivocarme, siento pena con Jorge porque ha corrido más que yo y ese balón mal logrado sólo provoca que se desgaste más. Sin embargo, a él no parece importarle, da la impresión de que puede esforzarse aún más. Yo, por el contrario, estoy fundido, si no fuera vergonzoso pediría el cambio.<br />No sé si los míos se dan cuenta de ese cansancio. Yo siento las cejas húmedas de sudor y la playera pegada al cuerpo es un ser estorboso que no me permite pensar mucho. Para el colmo de mis males, quien sí sé que es consciente de mi estado es mi marcador. Desde que inició el partido me ha provocado verbalmente, a mi favor tengo que decir que no me he enganchado ni un instante.<br />No respondo a los comentarios de mi contrario por dos razones poderosas: me falta el aliento para el habla y no encuentro justificación a mi ineficacia ante su marca, si bien el partido está empatado él me ha ganado la jugada, pues no he podido influir positivamente en mi equipo. Aún así sigo siendo el más buscado ¿será porque los míos aún creen en mí? ¿será que ellos están igual o más cansados que yo y desean deshacerse de la bola o acaso yo provoco que me toquen el balón porque, instintivamente, siempre elijo colocarme en el sitio en el que es seguro que me den la pelota?<br />Esto último lo he estado pensando durante todo el partido. Me he convertido en un sujeto predecible en el campo de juego y mi rival ha sabido analizar mis movimientos, no cabe duda que la rutina nos hace vulnerables.<br />El otro, el que me marca, me deja hacer, consciente de que estoy cansado y que ya no intentaré gran cosa, me sigue como quien acarrea a un becerro descarriado y cansado al redil.<br />De espaladas siempre a mi marcador lo empujo un poco con el cuerpo, él pide falta, el árbitro deja que continúe la jugada, me dice mi contrario que ni con faltas podré librarme de él y, dolido en el orgullo, me pongo de frente pisando la redondez de la pelota, finteo hacía la derecha y me escabullo por izquierda, antes de que el ángulo de tiro se me cierre, le pego al balón con derecha pero la pierna de mi contrincante, a quien creí dejar atrás, aparece y la pelota se sale por la banda. No sólo me vuelve a retar, decir que no haré nada durante todo el partido, sino que, para colmo, el árbitro marca saque de arco, yo increpo y pido tiro de esquina con una mueca y un quejido, desconozco las palabras, no me salen, me falta oxígeno al cerebro, soy un autómata.<br />Pero no soy tan estúpido como para no darme cuenta que en esa jugada le debí haber pegado con izquierda, era el perfil natural y aunque soy derecho, esa pelota estaba para golpear con la otra pierna, pienso de repente que contradigo a la naturaleza con ese acto.<br />La pelota vuelve a mis pies, intento la misma jugada, pero esta vez le pego con la izquierda. Imagino que mi marcador está igual de cansado que yo y que por, por una cuestión de matemáticas simples, corre lo mismo y llega al momento preciso en que yo impacto el balón. Ni un momento antes, ni un momento después.<br />En esta ocasión alcanzo a sacar el tiro. Pegarle con izquierda me dio unas milésimas de segundo, una ventaja que no esperaba mi contrincante. Pero la pelota pega en el poste y sale, ni siquiera fue un tiro violento, salió chorreado y descompuesto, pero ese golpe al poste me hace envalentonarme y grito, instintivamente, alzo los ojos, empuño las manos. Los míos me aplauden, me respetan a pesar de todo. Mi contrincante se ríe, esta vez se ríe de veras, está feliz con mi infortunio.<br />El partido está dos a dos, yo no metí ninguno de los goles de los míos, yo no envié el pase para ninguno de esos goles, ni el pase que le antecedió al pase de gol. Espero, al menos, haber estorbado en alguno de los avances de los contrarios.<br />Pero he bailado. Mi contrincante y yo nos mecemos en una danza arrulladora, donde el pone el pie yo pongo su contrario, como gemelos, cuando él coloca el cuerpo de esta manera yo coloco el mío de aquella otra. Sabemos nuestro papel en este acto, no desentonamos, somos una pareja excelsa de bailarines y esto es lo más parecido al infinito.<br />Pero pienso, aún pienso, de no hacerlo sus burlas ya me habrían provocado golpear a mi contrincante en la cara. Analizo cómo quitarme a mi marcador de encima y se me ocurre que si me voy al la lateral contraria, a la izquierda del campo, podré desdoblar con la pelota en la izquierda y, después de un quiebre, meterle al balón mi derecha, mi educada y siempre dispuesta derecha. Allá voy contra la disposición inicial de mi entrenador, porque faltan pocos minutos y la pelota sigue cayendo en mis pies lo que me indica que tengo una responsabilidad, que los demás creen en mí, que tengo que hacer un último intento.<br />Me voy a la izquierda del campo. A la primera pelota que toco cometo el primer error, no soy bueno para conducir con izquierda, el otro parece adivinar mi intención y me ha metido bien la pierna para limpiamente quitarme la bola y mandarla para saca de banda.<br />Lo intento otra vez, en esta ocasión soy menos confiado, conduzco por la izquierda. Juan Manuel, a quien le invado el terreno, se quita para dejarme el paso, yo creo que corro como nunca lo había hecho en el partido, me quiere salir el corazón por la garganta y cuando siento que es el momento de hacer el recorte, paso la bola por detrás de mí con la izquierda, alzo la mirada y veo Juan Manuel inusualmente solo antes de observar cómo con el recorte mi marcador y otro de los suyos, que se ha unido a la cacería, se quedan retrasado en la jugada.<br />Alcanzo a percibir el espanto en los ojos de Juan Manuel ante la sorpresa de esa posición inmejorable, yo tengo entonces el ángulo exacto, mi pierna derecha, la más buena de todas mis piernas, a quien le estaba destinado mandar el tiro a gol o el pase excelso, toca retrasado para Juan Manuel y la barrida de mi contrincante no puede impedir lo que viene después: el centro exacto que manda Juan Manuel a la cabeza de Jorge, el balón en las redes y el grito de gol.<br />Mi marcador ya no se mofa de mí y yo no le restriego el triunfo de mi escuadra sobre la suya, porque no sería justo, él me ganó el juego, él se llevó el encuentro que sostenía conmigo. Sin embargo, al terminar el partido veo con enfado al marcador de Juan Manuel, que perdió su hombre por seguirme a mí a sabiendas de que yo iba muy bien custodiado.<br />Los míos celebran y yo no puedo dejar de sentir un no sé qué en la panza al ver a mi marcador, mi pareja de baile, irse dolido con la cabeza baja.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-51597757423085437172009-12-09T11:13:00.000-08:002009-12-09T11:14:10.310-08:00AmárrenlosEl Jaibo Bravo<br /><br /><br />Cuando era niño y vivía en mi natal y heroica Quiroga “La capital de las carnitas prefiero las de Jaime Ayala que las de Carmelo”, Michoacán, mi papá Luis, mi hermano Luis, mi primo Paco y mi primo Melcho, me llevaron a ver un partido amistoso en la cancha principal de la liga local conocida como El Lindero, en donde mi primo Tito se la despiojaba como delantero de la selección quiroguense y enfrentaban a un equipo de fuerzas básicas de Chivas.<br />Ni si quierea hago el intento de recordar qué jugadores del rebaño venían, pero si me acuerdo de mi primo, como media punta, con la velocidad de una bicicleta en la bajada de El Pípila y con mucha gambeta y oficio de delantero desequilibrante. Su función no era la del centro delantero, poste, sino más bien la de romperle la cintura a los demás, meterla a la portería o en su defecto servirla para otro compañero.<br />El juego iba cero a cero, el estadio (por no decirle potrero) estaba lleno, las gradas (por no decirle las vigas de madera) rechinaban apenas alguien se movía para acomodarse. <br />La intensidad era propia de un partido de un equipo de pueblo que se enfrentaba a uno de Primera División, aunque sólo fueran los de la cantera. Barridas durísimas, entradas, la gente expectante de nuestra selección de Quiroga, bien conocida por el entrenador de porteros de Monarcas Morelia, Abdón Calderón.<br />De repente, el balón es filtrado al área del arquero de Quiroga, el atacate es apresurado por un defensa, y como en aquellos tiempos el pasto no crecía en ese campo, el delantero finoles sintió la rudeza del amateur y dio un salto holandés al frente con tres grados de dificultad y fue una cosa de aquéllas, porque cayó en el pequeño montón de piedras con tierra y se metió un raspón del cual me imagino que todavía tiene la cicatriz. <br />Pero como buen árbitro de una liga municipal, el nazareno, que creo que era artesano de profesión, decretó la pena máxima para los visitantes. Claro, era el equipo grande; se dejó influenciar por la camiseta rojiblanca. <br />Todo protestaron, y como bien sabían el nombre del hombre de negro, todos le zumbaron unas buenas mentadas. Mi papá dijo: “pénalti que no es, no entra”.<br />Se arrancó al pateador, tiró durísimo, al recordarlo también me pasa por la cabeza los tiros de Víctor Ruiz, una ráfaga, pero al centro y abajo, y e portero sólo se agachó y le puso las dos manos para detenerlo. Mi papá había mostrado esa habilidad de brujo que no le conocíamos.<br />Durante mucho tiempo más, esa ide de que pénalti que no es, no entra, aplicó en muchísimos partidos que vi. Hasta hace algunos años me di cuenta que ese embrujo del futbol, en donde la vida misma ponía orden y hacía justicia ya terminó.<br />Ahora vemos a Jaime Lozano lanzarse al suelo y el árbitro le da el penal y no hubo castigo divino para Cruz Azul porque avanzó. Contra Morelia Huiqui se lanzó como guardameta y detuvo a los de Monarcas, y tampoco hubo justicia ciega porque llegó a la final. Ya Thierry Henry había hecho lo mismo para que Francia avanzara y el único castigo fue mandárnoslo a nosotros al grupo a con Sudáfrica y Uruguay; qué culpa teníamos nosotros. Ojalá le pongan una camisa de fuerza a Henry, por aquello de que vaya a querer llevar de la mano a su país a los octavos.<br />Me doy cuenta que en el futbol actual los jugadores siguen con la misma viveza, algnos no se saben las reglas (como la de no meter mano si no eres portero, por ejemplo), otros las ignoran, los árbitros también, y también me di cuenta de que ya ni las reglas de la vida acomodan las cosas en su lugar. <br />El futbol perdió tanto con el paso del tiempo y la evolución del negocio; mi primo Tito fue rechazado por las fuerzas básicas por la palanca que tenían otros juagdores. Hoy ya no hay juego limpio y hoy mi primo Tito tampoco está con nosotros (q.e.p.d.).Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-27819721783372507952009-11-09T12:04:00.001-08:002009-11-09T12:04:55.721-08:00No nos crucifiquenEl Jaibo Bravo<br /><br />Queridos lectores, tal vez algunos de ustedes se preguntarán por qué demonios no salió la columna escribida por este mamarracho y su amigo y borracho, El Poste Rabioso; o tal vez a ninguno de ustedes les importe la mitad de un producto de gallina por qué razón habíamos dejado de ocupar espacio en este lindo diario.<br />Así que no me importa de qué bando estén, el mínimo de educación que me dejó estudiar seis años en una primaria de seminaristas, me indica que alguna explicación debo darles.<br />La única y verdadera razón, es que un día se me atravesó un trago de agua atarantadora que me invitó un amigo, la cual continuó con otro trago más, y luego otro y así sobrevino una borrachera envidiable, marca preparatoria y universidad, en la que permanecía sumergido durante largos días, en un lugar aciago, incierto, y del que ni me quiero acordar porque aunque lo intentara, no podría, porque hasta la última gota del último mililitro de mezcal ardiente se metió por la garganta de la última neurona que me quedaba. Fue tal mi suerte que en mitad de esa sombría fiesta, terminé desparramado en una banqueta de una colonia desconocida. No sabía de tiempo ni espacio, pero de alguna manera encontré abrigo en los brazos de una mujer; de eso si me acuerdo perfectamente, para que luego no me vengan con que salí con domingo siete, porque ese ser cariñoso no tenía tilingo lingo.<br />Una vez examinada esa situación, permití que el tiempo decidiera lo que tenía que pasar conmigo, así que después de varios días de cuidados a base de agua y menudos, me recuperé a mí mismo. En mitad de esa recuperación, recibí una llamada a mi teléfono móvil, el cual, gracias al cielo, no se me olvidó y el que no se por qué, ni quiero saber, tenía batería, así que contesté, y era el encargado de deportes del este periódico para preguntarme que qué pedo con las columnas, porque mi amigo El Poste Rabioso tampoco había dado señales de vida.<br />Así que en cuanto pude, me escapé de ese lugar, mientras los recuerdos llegaban a mi cabezota, de que tenía una responsabilidad. Llegué a casa, mi esposa y mi hijo me veían con cara de quién es este señor, que hace mucho que ya no vive aquí, y me bañé, expliqué, les compré comida, ropa y cosas y como que empezaron a acordarse de mí, y seguí con mi vida normal, hasta antes de la meca.<br />El miércoles pasado estuve a punto de caer en esas mismas garras, cuando me reuní con unos amigos, El Chango y El George, para ver el partido entre Pumas y América que me dio una infinita alegría. Las cervezas ya habían sido demasiadas, y los camellos fumados también, así que entre ese festín pasajero, irritado por el empate águila, pude explotar toda mi emoción cuando se marcó el panel y Martincito Bravo le clavaba el tercer gol. Pero una dosis de conciencia me pellizcó el oído, convertido en llamada telefónica de mi vieja, y hasta la borrachera se me quitó, al saber que si volvía a ocurrir lo que les conté primero, en este momento ya no tendría ni madre.<br /><br />Dudas, quejas, sugerencias en el mail <a href="mailto:gambetas.lacolumna@gmail.com">gambetas.lacolumna@gmail.com</a> o en el blog gambetaslacolumna.blogspot.com.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-64663444200960185012009-07-21T16:48:00.000-07:002009-07-21T16:54:17.581-07:00Instrucciones para jugar futbol<span style="font-family:verdana;">El Jaibo Bravo<br /><br /><em>El siguiente texto no pretende incluirse como un añadido a las joyas escritas por el maestro Julio Cortázar en sus Instrucciones para la vida, porque está por demás decirlo, que las siguientes frases, ilación de palabras, o intento de exposición de ideas, no tienen el mínimo rasgo de una obra magistral.</em><br /><br />Instrucciones para jugar al futbol<br />La pelota puede estar quieta, como alma pensante que recibirá la información de una dirección y ordenamiento de la persona que la patee o que la toque con la cabeza, como principio básico. Si está en movimiento, la bola añade una dificultad para el ejecutante, quien debe mantenerse atento en todo momento para que al intentar ponerle el pie en un costado no pierda el equilibrio y termine, en el mejor de los casos, en el césped.<br />De inicio no se preocupe por la dirección, primero encuentre las zonas de sus pies con las que pueda golpear par que no se lastime, por aquello de que quiera pegar un puyazo; de esa forma, según cuenta la leyenda, Didí inventó la comba en los tiros libres, cuando Garrincha tenía una uña enterrada en el dedo gordo del pie y tuvo que pegarle con la zona interna para evitar dolores. Ha habido maestros para pegarle de esa forma como el inglés David Beckham o El maestro Benjamín Galindo, y no precisamente porque tenían las uñas enterradas, no vaya a salir demandado su servidor.<br />Cuando domine el pateo de diferentes zonas de su pie, intente mandar a diferentes direcciones y distancias para enviar la bola, así mejorará su pase corto y largo, el disparo de media distancia, raso, alto… y cuando domine eso, añada todas sus habilidades con los pies en movimiento, porque cuando el cuerpo ya no está detenido en un sitio, las caídas pueden ser más desastrosas. Una falta de coordinación provocará la burla de todos los compañeros de su equipo y ahí tendrá que leer el instructivo de psicología de cómo sanar su pensamiento de traumas y, créame querido lector, ese es más complicado de ejecutar.<br />Es necesario aclarar que el futbol no lo elige uno como el deporte que mejor practica, sino que es el mismo futbol el que elige a los que lo practicarán. No por nada, cuando una madre está embarazada y el bebé en el vientre patea, se dice que será futbolista. Y si pega muy duro, será un buen cobrador de tiros de media distancia o tal vez boxeador, lo importante es que el futbol siempre es impredecible.<br /><br />Instrucciones para la fecha 1<br />La preparación para ver un juego de futbol es un preámbulo del desfogue de emociones. Si el momento previo, en el que colocó las cosas necesarias para ver un juego, no lo hizo de manera adecuada, el resultado de su vivencia no será la más placentera.<br />Por eso, si es usted casado, deberá esconder el control remoto del televisor desde cuarto días antes, recargar las baterías o comprar un juego de ellas para tenerlo listo el día del encuentro. Las llamadas telefónicas para invitar a los amigos nunca están de más, tampoco el emplear, por decir algo, una cuarta parte del refrigerador para la cerveza o el refresco. Las hieleras suplen esa parte de manera excepcional.<br />Otros aditamentos pueden ser chicharrones, guacamole, carne apache, tostadas, papas, palomitas, frijoles refritos, carne asada, chorizo asado, tortillas y no puede faltar una salsa picante de botellita.<br />No olvide, por último, asegurarse que el juego será transmitido por televisión, porque de no serlo así, todo terminará en una borrachera marca diablo en la que nadie se acordará que ese día había partido.<br /><br />Con la choya<br />Úrgeme remedio para curar la gripa. </span>Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com40tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-3648502929729448672009-07-06T15:24:00.000-07:002009-07-06T15:27:31.443-07:00Por ocioso<span style="font-family:trebuchet ms;"><br />El Jaibo Bravo<br /><br />Hoy me siento bastante contento por lo que acontece en mi vida: debo un mes de la colegiatura de mi hijo, más el curso de verano porque nadie de la familia podrá cuidármelo durante las vacaciones y mi vehículo arranca cuando quiere por una falla en la bomba de la gasolina.<br />Así que he vuelto a mis raíces, a caminar grandes cantidades de cuadras para no gastar tanto en transporte público y a comer una vez al día. No sé por qué estos días he recordado mi etapa de estudiambre, aunque de manera extraña la sonrisa no me sale con la misma facilidad que antes.<br />Pero cambiemos de tema, qué la parece si hablamos de futbol, algo que no hacemos desde hace varias semanas.<br />Podemos entablar en esta ocasión un juego con usted, si usted, amable lector, me lo permite. Yo le haré algunas preguntas incoherentes y usted podrá responderlo en voz alta, en voz baja, en su pensamiento o por correo o hasta mentármela en el blog. Me siento como el doctor Armando Hoyos.<br /><br />1.- ¿Si Cristiano Ronaldo le costó al Real Madrid 93 millones de euros, es decir 137 millones de dólares, o sea 1 billón 781 mil millones de pesos, y los 65 movimientos del draft 2009 de México implicaron 271 millones de pesos, 15 por ciento de lo que costó CR7, quiere decir que la liga mexicana vale un comino respecto a una estrella europea?<br /><br />2.- ¿Si Javier El Vasco Aguirre prometió a su arribo muchos huevos para la selección mexicana, por qué demonios no se los han desayunado?<br /><br />3.- ¿Si Juanito, ganador de la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, prometió que le cederá su lugar a Clara Brugada en un mes, por qué Paco Ramírez del Chivas no anuncia lo mismo para Sven Göran Eriksson?<br /><br />4.- ¿Si hubo un abstencionismo casi de 70 por ciento en las elecciones del domingo pasado en México, no podremos hacer lo mismo y apagar la televisión y dejar de ir a los estadios para castigar el pobre espectáculo que se ve en el futbol mexicano? (Perdón, me salí del tema)<br /><br />5.- Con todo el respeto que se merece el difunto Michael Jackson (q.e.p.d) ¿Si el ex cantante tenía deudas que los 75 millones de dólares anuales de regalías no podrían cubrir, y su muerte generará en los próximos 12 meses ventas de discos por más de los 50 millones de dólares (según los augurios más modestos), añadidos a las regalías anteriores, quiere decir que el mejor negocio de MJ fue haber muerto? (Perdón, me volví a salir del tema)<br /><br />Sombrerito<br />Algo positivo que le veo a las largas caminatas es que podré forjar un poco de condición física para el torneo ráfaga de futbol que este fin de semana habrá en la empresa donde trabajo. La cuestión es si mi toque exquisito de pierna derecha no se mermó después de casi dos años de inactividad y de músculo en reposo. Al menos espero no terminar desgarrado o con esguinces. Lo que menos me preocupa a mi edad es si ganamos o perdemos, sino estar expuesto al ridículo.<br /><br /></span>Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-90735229382759279672009-06-01T12:49:00.000-07:002009-06-01T12:50:06.694-07:00Raza y espírtuEl Jaibo Bravo<br /><br /><br />Lo que hace un campeonato. Vuelve locos a todos los aficionados de Pumas, los hace gritar hasta el desgarre de las cuerdas vocales, cansarse del brazo de tantos goyas, terminar con calambres en los chamorros de tanto brinco y lo que fueron los excesos de los festejos, hasta El Tuca Ferretti terminó sin bigote después de la rasurada de Leandro Augusto y Sergio Bernal.<br />Sí señoras y señores, niños y niñas, hubo humo blanco, salió campeón el mejor equipo, el único que podía demostrar que entre tanta decadencia del futbol nacional, hay conjuntos que meten y meten, que luchan por el compañero y que no importa las fallas de Dante y Bernal, nadie reclamó y todos los arroparon para que vieran que había unidad y al final el festejo, el de amigos, el de los representantes de una sociedad del país que vive la mismas sensaciones por una universidad, los colores azul y oro y un puma felino, siempre aguerrido.<br /><br />Bigotes retorcidos<br />Tuca, felicidades, lograste algo que siempre te faltó en tu currículum. Un técnico tan trabajador y constante como tú, que no ha dejado de dirigir desde la temporada 1990-1991, auxiliar de la selección de Mejía Barón, que cuentas con 31 torneos dirigidos en primera división, más de 20 liguillas, era injusto que sólo tuvieras un título de cuatro finales.<br />Ganaste tu primer campeonato con las Chivas Rayadas en el Verano de 1997, ante el mismo Enrique El Ojitos Meza, cuando dirigía a Toros Meza. Caíste en las finales dirigiendo a Tigres, las dos con Pachuca, y después perdiste la final en el 2007 contra Atlante.<br />Pero tenía que ser así, esperar 18 años para que volvieras a ver el azul y oro en el aire, para ver a Bernal otra vez de tu lado festejar un campeonato igual de sufrido que el ganado a principios de los 90.<br />Faltaba que obtuvieras un campeonato con el equipo de tu sangre, por el que lloraste en la temporada 1990-1991 en Ciudad Universitaria cuando reventaste con una bomba de tu pierna derecha la red de Adrián Chávez para el campeonato felino. Merecías ganar con tus Pumas otra vez como hace tanto tiempo, como aquella vez que diste cien vueltas a la pista de tartán de México 68, con la bandera gigante, la que ondeaste con locura porque era tu último partido como jugador de la UNAM, con tu último gol con la playera del puma en el pecho.<br />Tuca, como jugador fuiste un icono de la máxima casa de estudios, un emblema, y aquella vez cargaste el estandarte a lo más alto, lo mismo que este 2009, para demostrar que por la raza habla el espíritu.<br /><br />Inadaptados<br />Es válido cometer ciertos excesos en los festejos, como emborracharse hasta vomitar y sacar espuma por la nariz, pero el que ocurrió la noche del domingo en Morelia, el de un barra brava de Monarcas que sacó un arma para herir de gravedad a un alegre aficionado de Pumas, no tiene validez.<br />Ojalá que ese tipo se entregue a la justicia, que su conciencia lo lleve a pagar por su crimen porque alguien que falta el respeto a un prójimo de esa manera no merece caminar tranquilo en la calle. O al menos que alguien lo entregue.<br /><br />Bote pronto<br />Festejamos como locos, mi hermano en Manzanillo gritando por teléfono como poseído, mi esposa y mi hijo brincando y gritando en casa y yo en el trabajo, viendo por televisión el festejo de un título como hace 18 años, cuando observé por primera vez un campeonato de la UNAM y decidí serle fiel. Eso, y que mi hermano me hizo firmar un papel en el que juraba amor eterno a la camiseta del Pumas cuando tenía 10 años.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-20526167071873499592009-03-23T12:58:00.000-07:002009-03-23T13:02:44.736-07:00Huevos revueltosPor El Jaibo Bravo<br /><br /><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">**Un saludo y una disculpa ofrecemos a ustedes queridos, apreciados y respetados lectores, que la semana pasada no pudimos dejarle, ni este Jaibo servidor ni El Poste Rabioso (que creo que hasta se fue de rodillas al trabajo para el milagro de que no perdieran sus águilas), un bloque más de inspiración chelera y pambolera.</span><br /><br /><br /><br />Yo lo ví, fue El zurdo Morales; fue él, fue él, el que mancilló el orgullo viril de Francisco Guillermo Ochoa.<br />Lo machucó la bola flamante que salió de la pierna izquierda del jugador felino. Sí, señora y señor, fue casi fulminante, me imagino dolorosísimo, divertido, también, la manera como estalló la pelota en la entrepierna del portero del América.<br />La alegría que suponía su servidor, sería el juego entre los pumas y las águilas, se convirtió en la misma aburrición de los juegos entre los clubes más populares del futbol nacional. Es como si dos pistoleros del lejano oeste se batieran en un duelo con balas de salva.<br />Reconozco que el tiro de Édgar Castillo que pasó entre las piernas de Bernal y que después se fue al palo me preocupó, y que después el tiro centro de Beaussejour que pegó en el travesaño también me inquieto. Y el gol de Dante López lo canté, lo grité y después lo berreé cuando señalaron la falta.<br />Pero la parte que realmente me sacó una sonrisa, bueno, lo admito, una carcajada, fue el martillazo que recibió Francisco Guillermo Ochoa, al que también llaman sus seguidores Paco Memo.<br />Fue algo que nadie se esperaba, algo chusco, y no porque sea una persona que me burle de la desgracia humana, pero, querido lector, acaso usted no disfruta cuando su acérrimo rival sufre una desventura de esta índole, claro que sólo desde el punto de vista deportivo.<br />Y todavía repitieron la imagen una, dos, tres veces y con cámara lenta y con la toma frontal, y la contra toma, y desde todos esos ángulos me provocó esa ternura demoníaca.<br />Le podré contar a mi hijo cuando sea grande (porque ha de saber que también le va al Pumas y hasta lanza el Goya con brazo extendido), que en tan deslucido encuentro le rompieron las bolas a Ochoa... y no porque precisamente le metieron gol o porque perdió.<br />No creo que sea posible, pero sería lindo que incluyeran esa escena en uno de los capítulos de Los Simpsons, para que, cuando el arquero guajolotero se levantara de sus retorcijones, apareciera Nelson detrás de los anuncios de la portería con su risa burlona: ¡Ja Ja!. Aguda e hiriente.<br /><br /><br />Hasta cuándo<br />Otra vez el torneo mexicano se convirtió en el mercado de las desgracias. A excepción de Toluca, los equipos pierden, pierden, luego ganan, vuelven a perder, empatan y así se la llevan, campechanos, alegres, mediocres. Por eso no sorprende que Morelia, que ganó después de seis jornadas, esté empatado con Tecos y América en el segundo lugar del grupo 2 con 13 puntos (de 33 disputados). Son pocos, no cree. Y si repasamos las tablas nos daremos cuenta que a ninguno le importa tener los números más negativos y tristes… mientras califiquen a la liguilla.<br /><br /><br />Gol olímpico<br />Mi hijo está en la etapa de entrenamiento de control de esfínteres a sus dos años y nueve meses. Vamos hijo, échale ganas, nomás avísame porque andas como perrito marcando territorio por toda la casa y mojas toda tu ropa. Un día tu mami se va a enfadar y me va a tocar lavar tu ropa aderezada de pudín.<br /><br />Un abrazo de acá pa allá.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-23155721219278205212009-03-05T19:44:00.000-08:002009-03-05T19:46:23.233-08:00Guerra y futbolEl Poste Rabioso<br /><br />Un lugar utópico (y esto es una idea trillada) sería uno en que los conflictos entre países se resolvieran con uno o varios partidos de futbol, así se evitarían desgastantes y cansadas reuniones diplomáticas y, lo más importante, las guerras.<br />Relacionar un conflicto bélico con un partido de futbol es también un recurso muy gastado. La publicidad, por ejemplo, que Televisa utilizó durante el Mundial de Alemania 2006 fue precisamente esa y hay casos muy sonados de encuentros entre naciones que han tenido, ¿quién no recuerda el enfrentamiento entre Argentina e Inglaterra en México 86?<br />Y hablando de Alemania, fue un general quien bien entendió eso de que el futbol era de una importancia crucial para el hombre; me refiero a Edwin Rommel, mejor conocido como El Zorro del Desierto, que durante sus combates en el norte de África se caracterizó por su tenacidad y su elaborada estrategia militar que propició importantes derrotas al ejército inglés.<br />A pesar de la guerra, la vida era llevadera, tenían o improvisaban balones de futbol.<br />“En cuanto nos deteníamos en alguna parte y había oportunidad de descansar, despejábamos una pequeña zona en el desierto para disfrutar de un partido de futbol. El deportivismo se veía en ambos lados, los partidos de futbol no debían ser interrumpidos por fuego de artillería durante ciertos periodos”, relata sobre esos días un soldado alemán.<br />El futbol no fue exclusivo de las batallas en el desierto. También durante la Segunda Guerra Mundial, antes de la ocupación alemana en Francia, los soldados franceses observaban a los alemanes jugar futbol mientras esperaban la orden de la invasión para la que ya estaban preparados los galos. Relata un periodista que le preguntó a un soldado francés por qué no abrían fuego a los nazis que jugaban frente a ellos y el soldado contestó que no había necesidad, estaban jugando futbol y más aún, él estaba siguiendo el desarrollo del partido.<br />Vuelvo al desierto africano. Es posible que Rommel estuviera más preocupado por el combustible de sus Panzer, por la suerte de los suyos en los otros frentes en Europa o por cuestiones más pueriles como la escasa agua para asearse que por el grito de “bolita por favor” que los británicos dirigían a los alemanes durante esos encuentros en la dura superficie del desierto, pero de lo que sí estoy seguro es que era un romántico y no lo digo yo, sino uno de sus oficiales que relata: “Rommel fue tal vez el comandante ideal para este campo de guerra (el desierto), era muy ancha el área, pero muy limitado el número de soldados y así podía aplicar muchas tácticas navales”, sólo una mente romántica podía ver en un tanque de guerra (los panzer fueron cruciales en las victorias de Rommel) un barco y en un desierto, un mar.<br />Para los románticos el mar era un símbolo que representaba ese terreno en donde el héroe expía sus culpas y busca la divinidad, de la misma manera funcionaba el desierto. No sé si el mariscal alemán era fanático del futbol, pero seguramente leyó a Goethe (¿qué alemán de aquella época y de la clase social a la que pertenecía Rommel no había leído a Goethe?) y quizás hasta a Thomas Mann (que no pertenece al romanticismo, pero que encontró en el autor de Fausto un modelo a seguir), aunque seguramente a éste lo leyó a escondidas, pues Mann fue uno de las muchas lecturas censuradas por los nazis.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-52307245029950315382009-02-16T18:31:00.000-08:002009-02-16T18:33:05.766-08:00Frases (infames) del futbol<span style="font-family:trebuchet ms;"><br />TV AZTECA<br />EL JAIBO BRAVO<br /><br />Había una vez un canal de televisión que tenía a un buen cronista, Don Emilio Fernando Alonso, ahora está el kínder donde se divierten, sin seriedad alguna, Cristian Martinoli, André Marín, Antonio Rosique y la demás banda. Aquí tenemos sus frases celebres.<br /><br />Voy que te quedó jabón<br />Elegante y contundente, David Medrano describe en cinco palabras una acción del juego en donde un rival comete una falta con gran fuerza. Es profunda y carente de vulgaridad, cualquier otro diría: qué falta, qué bruto, o algo como: casi le rompe la pata.<br /><br />Qué le pasó a…<br />Una muestra del ingenio de Martinoli: fresco, sin misericordias para el jugador que comete una pifia, también llamado osote. Así se escucha por las bocinas de nuestra televisión el Qué le pasó a Fulanito, para no arrojarnos en la cara un sencillo: la regó, la cajeteó.<br /><br />No, bueno...<br />Frase empleada en un inicio por Luis García para mostrar su rechazo o negación a lo que ve en la cancha. Ahora todos los demás miembros de la banda la emplea casi a cada toque de pelota. Generalmente va precedida de la construcción literaria de Martinoli: Qué la pasó a fulanito. Como diría él mismo (y sí, la traigo algo contra él): infame.<br /><br />De Palomita<br />¿Y usted qué opina? Ah no, esa es de Nino Canún.<br /><br />DE LOS TELEVISOS<br />El POSTE RABIOSO<br /><br />Ñoños, anacrónicos, insulsos y con falta de imaginación, se pelean codo a codo con sus acérrimos enemigos, los aztecos, por ver quiénes son los más ilustres formuladores de babosadas. En la imagen de El Perro Bermúdez tienen quizás a su más grande lamebotas, creador de frases tan célebres como Al rinconcito, papá, Donde las arañas tejen su nido, Zambobazo (este título de un programa dominguero de variedades con tan poco éxito que debería ser incluido en la Antología de la Infamia del Futbol Mexicano), Tirititito, Versallesco y un largo etcétera.<br /><br />Déjenme ver<br />Cuando de jugadas polémicas se trata El Perro Bermúdez pone la pauta y, por más evidente que sea el fuera de lugar, el penal, la falta criminal, él siempre se mantendrá ecléctico, justo, sabio, fiel de la imagen que se repite hasta el cansancio en detrimento de perdernos el desarrollo del futbol en la cancha. Se sabe que cuando de América se trata siempre tendrá una opinión favorable para los de Coapa, no los culpemos, el hombre tiene familia qué mantener.<br /><br />Un logro<br />Si El Jaibo Bravo trae de bajada a Martinoli (ciertamente el personaje de TV Azteca es infumable) un servidor no traga a Bermúdez, pero hay una narración que nunca olvidaré. Los últimos momentos del partido de la selección contra Holanda en Francia 98. En aquel entonces la selección perdía 2 a 1, el marcador nos daba el pase a la segunda ronda gracias a que Corea del Sur y Bélgica empataban a un gol, de repente la cabellera rubia y turbia de Luis Hernández apareció de la nada y de una caída, nada estética por cierto, conectó el balón para que se fuera lentamente al fondo de las redes anaranjadas de los holandeses, justo en ese entonces, en su afán de protagonismo, el Perro Bermúdez realizaba una cuenta regresiva interrumpida por el grito (léase alarido) de un Hugo Sánchez desaforado, grito unísono de miles de gargantas al otro lado del atlántico que eufóricas festejaban la calificación por méritos propios, memorable narración, sin duda, de un narrador gris como el que más.<br /><br />Pa mis adentros<br />¡Ánimo, ánimo, señores (del América) ya llegó Jesús!<br /><br /> </span>Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-15520204132906735952009-02-09T17:26:00.000-08:002009-02-09T17:27:05.158-08:00Aunque jueguen como telenovelaEl Poste Rabioso<br /><br />La incertidumbre está construida de certidumbres. Mañana que juegue México contra Estados Unidos una incertidumbre que en los últimos días se ha convertido en un lugar común de todos los mexicanos apasionados al futbol podrá sentarse con nosotros a ver el partido, la incertidumbre de la victoria mexicana.<br />La duda está sostenida por verdades que son negadas por la pasión propia de fanáticos irrazonables. Verdades: México es, en estos momentos, inferior a Estados Unidos y no lo digo yo, que me miento a cada rato, me lo dice la falta de gol de los verdes en 180 minutos, la poca presencia de un estilo de juego (el pobre Sven sólo ha tenido unos cuantos partidos con el tricolor), el mediocre desempeño contra Suecia, el ya conocido pánico escénico de los nuestros en este tipo de partidos y las lesiones que se han sumado a esto factores negativos.<br />Pero hay otra realidad que nos hace pensar que es posible el triunfo mexicano: La entrega de los nuestros, las ganas de una reivindicación como el gigante de la Concacaf, la sensatez de un cuerpo técnico que seguramente estudió al rival, saber que la presión la tienen los otros, que Rafa Márquez metió un golazo y, sobre todo, la esperanza de ganarle de una vez por todas a Estados Unidos, cómo sea.<br />No sabemos si mañana México ganará frente a Estados Unidos, la incertidumbre está sostenida por dos opciones tan ciertas como que hoy es martes: el triunfo y la derrota. Más probable la segunda que la primera, pero sólo deseada la primera, ahí la contradicción de la duda, ahí el motivo que nos provoca apostarlo todo, la esperanza de producto de la pasión propia de fanáticos irrazonables.<br />La esperanza del triunfo hará más dolorosa la derrota, la esperanza de anotar un gol nos hará sentir más seca la garganta cuando al final de los noventa minutos nuestro marcador marque cero, la esperanza de sumar tres puntos desde el inicio del hexagonal le pondrá espinas al resto del camino para ir a Sudáfrica, la esperanza, en suma sólo nos produce congoja.<br />Mañana juega México contra Estados Unidos, yo quiero que ganen los míos, yo tengo la esperanza de una victoria y niego que los argumentos que anuncian la derrota sean más fuertes que los que pronostican la victoria porque nadie sabe el tamaño de mi pasión, propia de fanáticos irrazonables.<br /><br />¿Y el empate?<br />El empate es el terreno de la desazón y sólo sirve para dos cosas: sumar un punto y disfrutar del futbol que en aras de ganar se desarrolla en el campo de juego. A estas alturas a mí no me importa si México juega como telenovela de Televisa o como película de Kusturica con tal de que gane y no me importaría, tampoco, si no pierde (entiéndase empate).<br />Si México empata (y si no lo hace cero a cero), sólo me quedará el placer del grito al menos un gol de los nuestros y la mentada de madre correspondiente al gol gringo.<br /><br />México va a ir al mundialSeis equipos buscan tres boletos y medio parta ir a Sudáfrica. Es decir, México tiene una probabilidad de 58 por ciento de ir África y jugar tres partidos que serán vistos por televisión por millones de mexicanos, por miles que irán a gastarse una cantidad similar de dólares sólo para cantar Cielito lindo y perpetuar la imagen chicharachera del mexicano que tanto gusta a los de afuera, eso sin contar las ya conocidas promociones de empresas telefónicas, televisivas, farmacéuticas y demás que también tiene sus negocios con la FIFA, demasiado dinero como para que México quede fuera del mundial. Yo no sé si ganemos a Estados Unidos, estaremos en el mundial y allá nos veremos.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-4711941036595065282009-02-09T17:24:00.000-08:002009-02-09T17:25:53.303-08:00¡Gigantes, mis tanates!El Jaibo Bravo<br /><br />El partido que jugarán este miércoles 11 de febrero Estados Unidos y México removió toda nuestra pasión. Ya muchos de nuestros paisas se pusieron la verde, otra se la fumaron, pero en general la expectación está dividida en dos: que México gane o que México no pierda tan gacho.<br />Algo que me di cuenta de los partidos entre México y Estados Unidos es que es de las pocas veces que nos acordamos que somos mexicanos, al menos eso le ha pasado a mi generación, tan joven como la VHS y no tan ruca como para que RBD me parezca impúdico.<br />Así que después de tanto jugar playstation, llorar con la derrota del Pumas en la jornada 4 del torneo mexicano, sufrir con la película de las Langostas asesinas y leer el Instinto de Inez de Carlos Fuentes, reflexioné que por qué, si a Hugo Sánchez lo dejaron hacer pedazos a la selección en más de dos años, al sueco Sven Göran Eriksson lo quieren correr cuando apenas tiene dos partidos (Jamaica y Honduras) de eliminatoria dirigidos, además, de los seis países del grupo final de la Concacaf, tres pasarán directo y otro irá a un repechaje, entonces no creo que México quede entre los dos últimos.<br />Después de este fin de semana agitado, aquí les traigo mis 10 razones por las que México no le ha podido ganar a Estados Unidos en los últimos 10 años.<br /><br />1.- Los jugadores creen que si ganan, aparecerá Terminador en la frontera para exterminar a la raza azteca.<br /><br />2.- Creen que si le ganan a Estados Unidos, el gobierno americano ordenará la invasión a México para derrocar al gobierno, para liberar al pueblo nacional de la opresión… y el hambre, y la pobreza, y la deficiencia en la salud pública, y la mala educación, y la mala economía.<br /><br />3.- Piensan que si meten un gol habrá francotiradores desde la azotea del estadio, o que saldrán rancheros texanos con rifles en mano para disparar a los espaldas mojadas. Digo, por aquello de que les van a ver sudada la camiseta.<br /><br />4.- Se imaginan que si ganan, la migra los detendrá antes de cruzar la aduana y entonces a Aarón Galindo le harán el antidoping y saldrá positivo, y verán el antecedente que tuvo antes de Alemania 2006.<br /><br />5.- Piensan que si ganan, la migra gringa, en represalia, hará una redada en el estadio para atrapar a cuanto mexicano con sombrero de charro vea y lo regrese al suelo patrio.<br /><br />6.- Porque seguimos con la idea de los años 50’s y 60’s de que México es superior a los Estados Unidos, Canadá y los centroamericanos, aunque nuestra selección no calificó a España 1982, nos castigaron por tramposos para la eliminatoria de Italia 1990, sudamos sangre para meter el gol a Canadá, el cual nos calificó a Estados Unidos 1994, lo mismo para Francia 1998, que ya llorábamos para Japón-Corea 2002 y hasta teníamos pesadillas de que no íbamos a Alemania 2006.<br />7.- Porque nuestra realidad es otra, el destino nos alcanzó y el futbol globalizado llegó a Trinidad y Tobago, Honduras, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá y a muchos otros lados, en donde tienen jugadores en Europa que juegan al más alto nivel, mientras que los medios televisivos nos hacen creer que sólo los mexicanos tienen acceso a conocimientos del futbol.<br /><br />8.- Porque si pierden no hay ningún problema, le podrán echar la culpa al técnico, al directivo, a la cancha, al clima, al árbitro o a la mosca que pasó junto a ellos.<br /><br />9.- Porque los gringos saben que es sólo un partido de futbol, un juego más en el que son competitivos, mientras en México habemos muchos aficionados que creemos que perder con los gringos es cuestión de orgullo y hasta de vida o muerte para todos, incluso entrenadores como Eriksson. ¿Se acuerdan que desde la conquista somos los hijos de la Malinche?, la respuesta está en El Laberinto de la Soledad de Octavio Paz.<br /><br />10.- Porque tenemos un complejo muy fuerte en el tema gringolandia y nos da envidia que avanzaron de manera significativa en estructura de su liga, el desarrollo futbolístico desde antes de 1994, y en tan poco tiempo lograron mejores resultados que nosotros, mientras que en nuestra tierra prevalece el manejo de intereses en la federación, la corrupción, la búsqueda de dinero para las arcas de los directivos, los “pactos de caballeros” entre directivos, tranzas y todas las fregaderas que se les ocurre torneo tras torneo, eliminatoria tras eliminatoria, que hicieron que nuestro país se estancara desde hace más de 20 años.<br /><br /><br />Reciban un gran saludo de mi parte, y si pierde el Tri, no perdamos la cabeza…ni la cartera en el bar donde lo vean. Saludos y que tengan buen fin de semana.Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-65701886234313085132009-02-06T18:51:00.000-08:002009-02-06T18:52:40.149-08:00Patitas de pollo en oferta<span style="font-family:trebuchet ms;">Por El Jaibo Bravo<br /> <br />Hice lo que mis buenos amigos de Provincia me dijeron: compré mi torta de carnitas, mi refresco (aclaración, no era cerveza), una semillas para destaparme la muela, mi boletito, que no fue de reventa, y me aplasté en el Estadio Morelos para gozar cómo Morelia jugó con las Águilas. Sí, jugó con ellas, les ganaron 1-0.<br />Ahora mis amigos que se decían emplumados se desconectaron del messenger desde ayer para no leer la cantidad de mentadas que todo les podíamos escribir, y seguramente, no abrirán sus correos electrónicos durante varios días para evitar la cadenita de Las Porristas del América que circula desde hace unos días. A uno de mis compadres le mandé un mensaje al celular y, como era de esperar, no lo respondió. Sería porque estaba rabioso por la derrota o por las serie de groserías que le incluí a mi texto burlón, pero hasta lo apagó porque después me mandaba al buzón.<br />Mi vecino, que tenía una bandera minimental en su vehículo, la quitó en la misma noche del sábado. Gracias al cielo que la quitó porque el fraccionamiento empezaba a tener una vista nacada, hasta daba miedo que nos pudieran asaltar.<br />Pero qué lindo fue ver a los alumnos de Ramón El Pelado Díaz que corrieron como rateros en búsqueda de un golesillo para el empate sin conseguirlo, para dejar molesta a su afición, la misma que hace una semana celebraba hasta con cuetes de feria de pueblo el empate a dos goles con los diablos rojos del Toluca. Para qué quieren a ese tipo en el banquillo.<br />Cabañas se paseó en el Estadio Morelos, a Pável Pardo lo cambiaron porque le dolía la nalga, a El Topo Valenzuela le aplicaron un dormilón, de esos que dan risas y hasta le hicieron una falta al árbitro, quien rodó por la cancha con la gracia de una caja de cartón. Moisés salvó la del último minuto, la defensa del Morelia se revolvió como cuando se juega en la escuela sin portero, Sabah se deshizo de las pesadillas de las plumas y la gente salió del estadio con alegría en la sonrisa y mucho alcohol en la sangre.<br />Por supuesto que no fui a beber a ningún para celebrar que los zopilotes salieron raspados, porque en mi casa ya me esperaba mi esposa con un coraje que casi le provoca la diabetes porque le había llevado un chocolate de avellana y ella lo quería de cacahuate. Pequeña diferencia.<br /><br />Bigotes en crisis<br />Los dos son Ricardo y el colmo es que tienen bigote. El futbol que practican sus equipos son tan diferentes; uno es tan espectacular como rin tin tin con traje de bombero y el otro tan tosco como un xolozcuintle con gripa. El primero es de Lavolpe y el segundo de mi padrino Tuca Ferretti, y aunque los resultados no se les dieron esta jornada siempre le ponen sabor al futbol mexicano. ¿No cree usted?<br /><br />De Palomita<br />¿Ya vió la película de Vicky Cristina Barcelona? Si me pregunta no se la recomiendo porque Penélope Cruz y Scarlet Johansson se pasean frente a la cámara con tan poca ropa que no se puede poner atención a los diálogos y lo peor es cuando se enamoran entre ellas porque le aseguro que va a querer apagar la televisión. Pero entonces el control se quedará sin baterías, como me ocurrió a mí, y no va a poder apagar el televisor y tendrá que verla hasta el final.<br /><br />PD.- Le quiero mandar un saludo al colega columnista Javier Salinas porque sus Acereros ganaron el Super Tazón de la NFL, aunque casi provocan un infarto, y me imagino que celebró como brasileño en carnaval.<br /> </span>Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-83648312280823982992009-01-30T14:14:00.000-08:002009-01-30T14:16:39.284-08:00Melé<p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">Ahí les va una crónica de la bronca entre el OOAPAS y El Tauro, equipos de la liga local de Morelia </span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;"><span style="font-weight: bold;">Por nuestro amigo: Edgar Pérez </span><br /></span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><span style="color:#000000;"> </span></span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">El partido estaba caliente, ardía, y Jesús Rueda del Ooapas echó más combustible para aumentar la flama en la Liga Municipal.</span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">Ooapas había manejado la pelota todo el encuentro, la había tratado por las bandas y por el centro, con Pelé Chávez y Erick Heriberto Medrano como los principales engranajes de la maquinaria, pero no había gol en la puerta del Tauro, sólo impotencia para el equipo que tenía a tres ex Monarcas (Pelé, Alejandro Pliego y Emmanuel Turrubiates).</span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">Los jugadores del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento no podían hacer que los astados se arrodillaran, en cambio, el Tauro de El Chombo Villalón aguantaba de pie, con la cara levantada y con una entrega interminable en la cancha 6 del a Unidad Deportiva Cuauhtémoc, había tenido las dos más claras con sus delanteros Octavio Sánchez y Enrique Cedeño, quienes erraron.</span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">Faltan 10 minutos para el final del juego, Jesús Rueda perfila directo a la puerta, el arquero Antonio Farías barre con los tachones por delante, el atacante gira en el aire, el árbitro Juan Pabo Gamboa marca penal y expulsión, pero el goleador se levanta y revienta su pierna izquierda en la cara del cancerbero.</span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">El hombre tirado en el suelo, su cuerpo tiembla por las convulsiones, las porras ingresan al campo hinchados de euforia y los puños se convierten en los argumentos. </span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">Más de 50 personas en el campo y entre la marabunta se distingue al doctor Rivera que ataca por la espalda al Pelé, éste responde, el arquero Turrubiates del Ooapas hace lo mismo con Eduardo Picui Villalón. Todos estallan, la bola incandescente pasa del área a la banda y al centro del campo y nadie los detiene, ni el propio nazareno que prefiere suspender el juego al minuto 80 cuando iban 0-0. Entonces lo atosigan los del Ooapas, exigen el cobro del penal, pero no hay nada más por hacer, el juego había terminado.</span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">Ya sin el árbitro en el campo, la ambulancia ingresó a la unidad deportiva y los paramédicos llevaron en camilla, y con collarín, al portero Farías.</span></p> <p class="EC_MsoNormal" style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;color:#000000;">La comisión disciplinaria decidirá si permanece el empate, ambos pierden o si uno de los dos equipos se queda con los tres puntos, después de lo asentado en la cédula por el árbitro Gamboa, aunque en el ambiente corría el rumor de que ayudarían al Ooapas. Toda esta bronca ocurre una semana antes del juego Ooapas-Jalisco de Primeras Especiales.</span></p>Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-58656707671807104542009-01-27T15:39:00.001-08:002009-01-27T15:39:54.237-08:00De la final del 90-91por El Poste rabioso<br /><br />Me pregunta usted, Jaibo rastrero, si me dolió aquella final de 1990-91 y yo sólo recuerdo la tarde aburrida que le siguió al partido y que sólo presagió una noche igualmente aburrida de Siempre Domingo. Después insomnio, después malos sueños, después la escuela y la cascarita de un lunes ya, un lunes sin campeonato, un lunes de deshonra con compañeros que iban a la escuela envueltos orgullosamente con su puma en el pecho y unas rabias canijas de darles de puñetazos, porque fuimos mejores, carajo, les metimos tres en el Azteca y ustedes con un solo tanto en CU, se llevaron la gloria. ¿Me pregunta usted si me dolió? Más duele la infamia que cargamos desde entonces.<br />Déjeme decirle, Jaibo Bravo, que América es un pueblo, somos un pueblo que si bien tiene su nido en Coapa, tiene innumerables guerreros por el resto de la república, somos un pueblo que está en todos los rincones del país, somos un pueblo, Jaibo, un pueblo con historia, un pueblo que no olvida, un pueblo lleno de soberbia, cierto, porque sólo los elegidos pueden portar una camiseta como la que nos envuelve.<br />Y así, como pueblo, señor Bravo, caminamos las calles aquel lunes de 1991 con la certeza de seguir siendo el mejor equipo de México, porque una batalla no es la guerra, porque el reino de los justos estaba hecho para aquellos que han conocido la derrota más fiera, y no hay peor bestia que la soberbia dañada.<br />Mientras más grande se es, más fuerte es el golpe al caer, eso es cosa harto sabida, así nos pasó a nosotros, no teníamos palabras para justificar el fracaso, ¡no las teníamos porque no conocíamos la derrota! Y lo pagamos caro.<br />Nuestra cita con la historia, nuestra deuda por aquel zarzal de crímenes de guerra (partido arreglados, árbitros comprados y demás supercherías que se nos cuelgan como a santos pervertidos) la liquidamos en los noventa.<br />Después de aquel 22 de junio de 1991 ante nosotros se nos mostró el destierro y así como el pueblo de Moisés anduvo cuarenta años sobre desierto, nosotros nos aventamos una sequía de doce años sin título, sin pisar siquiera la cancha sagrada de una final.<br />No lo sabíamos ese lunes pero la derrota del 91 representó más que una final perdida y un campeonato frustrado, la derrota del 91 fue el principio del derrumbe, la cumbre desde la que se veía el abismo al que descenderíamos por las inexorables leyes de la física, tan parecidas a la de la vida, tan parecida al futbol.<br />Yo también lo vio, Jaibo, lo vi con estos ojillos que algún día serán deleite de gusanos, vi el lance inútil de un portero que jamás llegaría a esa pelota, porque estaba escrito en la historia que esa maldita pierna derecha de Ricardo Ferretti le quitara a América un fragmento de gloria y le dejara en cambio más de una década de deshonra.<br />Jaibo Bravo, usted recuerda un gol soberbio, usted recuerda un hombre, un campeonato, yo, señor Bravo, le recuerdo a todo un pueblo y lo conmino a que mire a su alrededor para que tiemble de miedo.<br /><br />Pa mis adentros:<br />¿Este Jaibo será el de Los olvidados de Luis Buñuel?Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-922739049979799746.post-5318067456278317022009-01-21T16:45:00.000-08:002009-01-22T08:48:23.416-08:00Los peores fichajes<span style="font-family:verdana;"><br />El Jaibo Bravo<br /><br /><br />Cada inicio de temporada algunos equipos mexicanos se empeñan en contratar jugadores desconocidos hasta en su barrio; excepcionales futbolistas profesionales de la substitución, promesas eternas, o como le decían en mi barrio: Calienta bancas. Hasta parece que cada seis meses los 18 clubes de la Primera División de México hacen una apuesta para averiguar quién contrata al más inútil. ¿Ejemplos?... bueno hay muchos, pero pongamos unos en el cazo.<br /><br /><strong>Los zopilotes del América<br /></strong>Ramón Díaz pidió a Jean Beausejour, un ofensivo chileno del O'Higgins. Su nombre parece sacado de una película francesa de la Pantera Rosa. ¡Si era hispano porque no le pusieron Juan Buenseñor!. El problema de América no son los fichajes de jugadores que servirán de experimento, sino que la directiva, que tiene su nido en Coapa, haya elegido como técnico al mágico Ramón Díaz, que lo único que hace aparecer son fracasos. ¿Traerá muchos espejitos?<br /><br /><strong>Los del Atlante</strong><br />Piensan que con llevar a Rafael Márquez Lugo van a resolver el problema del gol. Más bien creo que la intención es que cuando haya muchas lluvias, lo pongan a servirse unos jaiboles de agua de cielo. Con eso que se toma hasta el agua de los floreros.<br /><br /><strong>Se rayó<br /></strong>Pero si hablamos de amantes de las tablas de danza, el Monterrey eligió a uno de los nominados a los awards, Diego Martínez, quien en su primera y única pretemporada con Monarcas fue castigado porque el nene no se levantó a entrenar. Después de la fiestota que agarró la noche anterior era una grosería despertarlo.<br /><br /><strong>Genialidades de la máquina<br /></strong>A Billy Álvarez y a El Yayo o Abelardo (de Plaza Sésamo) de la Torre se les ocurrió que Luis Ángel Landín era la solución al gol. ¿Sí les dijeron que el zamorano metió un gol en un año? Bueno, sobre advertencia no hay engaño... Y luego rematan con un tal Omar Tena. Ojalá no terminen cargando bultos de cemento.<br /><br /><strong>La tribu de Ciudad Juárez</strong><br />Los indios hicieron una fuerte apuesta por contratar los servicios de ¿Arturo Echevarría?, que llega del ¿Real Colima?. :S<br /><br /><strong>¡Ay, ay ay!</strong><br />El indio no tiene la culpa... Ahora resulta que El Dany Osorno sigue en las canchas (será con muletas) y ahora está con los camoteros del Puebla. ¿Será para jugar o para que toque con su banda Pura Caña en las gradas del Cuauhtémoc?<br /><br /><strong>¡Que no se espine!</strong><br />La pregunta es para la directiva de San Luis, ¿por qué escogieron a Américo Scattolaro como técnico? Si buscaban a alguien barato le hubieran echado una llamada al profe Venus, ex de los Valedores, no creo que se hubiera puesto roñoso.<br /><br /><strong>El bigote es sabiduría</strong><br />Gracias a los dioses del futbol que el único equipo que entró en razón fue el glorioso Pumas de la UNAM, de El Tuca Ferretti, que en vez de contratar a un patea pelotas recomendado de mi tío Filemón, prefirieron guardarse los dos pesos que piden los representantes.<br /><br /><strong>DE INGLESITA</strong><br />Lo vi. Iba con una velocidad descomunal. La repetición en la televisión era clara, el zapatazo de pierna derecha llevaba impreso un sello de carácter, ambición, garra o rabia. Sí, era carácter y ambición y garra y rabia porque era la final de la temporada 90-91, el tiro era a la portería de Adrián Chávez del América. Y la esfera blanca parecía envuelta en llamas y penetró la red o el alma de las águilas. Esa tarde El Tuca le dio el título al Pumas de la UNAM; esa tarde dejó de ser jugador; esa tarde se convirtió en leyenda.<br />PD: con esta frase saludo a mi amigo El Poste Rabioso, ¿te dolió esa final?</span>Gambetashttp://www.blogger.com/profile/03840343570451587042noreply@blogger.com0