febrero 16, 2011

Este es el estreno del Chepo

El Poste Rabioso

Por un momento pensé que estaba viendo un partido de la selección mexicana contra el de la selección salvadoreña, por el color azul del equipo contrario al nuestro, pero el marcador y el mal accionar de los otros me recordó que se trataba del temible combinado bosnio, una escuadra de gran peligrosidad si recordamos que todos sus integrantes juegan en Europa… del Este.
Aburrido como son este tipo de encuentros la noche del miércoles fue tan mezquina en cuanto a fútbol se refiere que solo el resumen deportivo con la cuenta de los goles de otros encuentros nos trae imágenes memorables como el reconocimiento de la gente del Bernabéu a Iniesta, para este simple mortal, el mejor jugador del mundo o la remontada de Inglaterra sobre Dinamarca.
Pero, en términos generales, una noche de fútbol para el olvido.
Del accionar de los nuestros poco se puede decir, se sabe que estos partidos son para quienes dirigen la selección se llenen los bolsillos del dinero de los nuestros que, desde la Patagonia al estrecho de Bering, desfilan por este continente.
Más entretenido que el cotejo me parecieron los escasos minutos que las televisoras dedicaron a esa afición que siempre está ahí, como parte de la escenografía que viene con el paquete de la selección en tierras gringas. Era de conmover cómo una llegada de los verdes enardecía la tribuna y aparecían las banderas que de seguro estaban en oferta.
Buena gente somos, buenos aficionados, buenos anfitriones y buenos invitados, somos un país de buenitos seamos chilangos, pochos, jarochos, tolucos o purépechas y ahí estamos dale y dale con el Cielito lindo y el Cómo no te voy a querer y qué se yo de rosarios y letanías.
Del fútbol y del progreso de nuestro balompié nada debe de hablarse porque queda claro que eso poco importa, por eso que se haya colocado un técnico tan gris como De la Torre; total, la selección llena estadios en México y en el sur de Estados Unidos (una extensión de nuestro país que llegó tarde a eso de la planeación familiar) que no es necesario tener a la figura, hacer el fútbol increíble o siquiera ganar.
Pero esto no es una crítica al sistema empresarial que maneja la selección o al desempeño de este seleccionado en específico (recién nacido, hay que recordarlo) sino al pobre futbol que se brinda en ese tipo de encuentros. Si de todas formas el empresario va a ganar, ¿no sería mejor traer a equipos centroamericanos con los que se tiene más rivalidad? Honduras, Guatemala, El Salvador o Jamaica darían mejor espectáculo sólo por la simple satisfacción de ganarle a un rival odiado y que conste que no pido a adversarios del área con mayor peso como Costa Rica y Estados Unidos, que a lo mejor nos dejaría mal con los nuestros en aquella frontera.
Pero si algo hay que decir de lo que nos dejó este partido destaco por el lado mexicano a Barrera y Pacheco y del Bosnio a ese singular jugador descarado y alegre que entró con tanga a la mitad del segundo tiempo, sublime manera de gambetear a los sherifes que mostraron que todavía están en pretemporada. Esperemos con ansias el fin de semana para quitarnos este mal sabor de boca.

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