diciembre 09, 2009

Amárrenlos

El Jaibo Bravo


Cuando era niño y vivía en mi natal y heroica Quiroga “La capital de las carnitas prefiero las de Jaime Ayala que las de Carmelo”, Michoacán, mi papá Luis, mi hermano Luis, mi primo Paco y mi primo Melcho, me llevaron a ver un partido amistoso en la cancha principal de la liga local conocida como El Lindero, en donde mi primo Tito se la despiojaba como delantero de la selección quiroguense y enfrentaban a un equipo de fuerzas básicas de Chivas.
Ni si quierea hago el intento de recordar qué jugadores del rebaño venían, pero si me acuerdo de mi primo, como media punta, con la velocidad de una bicicleta en la bajada de El Pípila y con mucha gambeta y oficio de delantero desequilibrante. Su función no era la del centro delantero, poste, sino más bien la de romperle la cintura a los demás, meterla a la portería o en su defecto servirla para otro compañero.
El juego iba cero a cero, el estadio (por no decirle potrero) estaba lleno, las gradas (por no decirle las vigas de madera) rechinaban apenas alguien se movía para acomodarse.
La intensidad era propia de un partido de un equipo de pueblo que se enfrentaba a uno de Primera División, aunque sólo fueran los de la cantera. Barridas durísimas, entradas, la gente expectante de nuestra selección de Quiroga, bien conocida por el entrenador de porteros de Monarcas Morelia, Abdón Calderón.
De repente, el balón es filtrado al área del arquero de Quiroga, el atacate es apresurado por un defensa, y como en aquellos tiempos el pasto no crecía en ese campo, el delantero finoles sintió la rudeza del amateur y dio un salto holandés al frente con tres grados de dificultad y fue una cosa de aquéllas, porque cayó en el pequeño montón de piedras con tierra y se metió un raspón del cual me imagino que todavía tiene la cicatriz.
Pero como buen árbitro de una liga municipal, el nazareno, que creo que era artesano de profesión, decretó la pena máxima para los visitantes. Claro, era el equipo grande; se dejó influenciar por la camiseta rojiblanca.
Todo protestaron, y como bien sabían el nombre del hombre de negro, todos le zumbaron unas buenas mentadas. Mi papá dijo: “pénalti que no es, no entra”.
Se arrancó al pateador, tiró durísimo, al recordarlo también me pasa por la cabeza los tiros de Víctor Ruiz, una ráfaga, pero al centro y abajo, y e portero sólo se agachó y le puso las dos manos para detenerlo. Mi papá había mostrado esa habilidad de brujo que no le conocíamos.
Durante mucho tiempo más, esa ide de que pénalti que no es, no entra, aplicó en muchísimos partidos que vi. Hasta hace algunos años me di cuenta que ese embrujo del futbol, en donde la vida misma ponía orden y hacía justicia ya terminó.
Ahora vemos a Jaime Lozano lanzarse al suelo y el árbitro le da el penal y no hubo castigo divino para Cruz Azul porque avanzó. Contra Morelia Huiqui se lanzó como guardameta y detuvo a los de Monarcas, y tampoco hubo justicia ciega porque llegó a la final. Ya Thierry Henry había hecho lo mismo para que Francia avanzara y el único castigo fue mandárnoslo a nosotros al grupo a con Sudáfrica y Uruguay; qué culpa teníamos nosotros. Ojalá le pongan una camisa de fuerza a Henry, por aquello de que vaya a querer llevar de la mano a su país a los octavos.
Me doy cuenta que en el futbol actual los jugadores siguen con la misma viveza, algnos no se saben las reglas (como la de no meter mano si no eres portero, por ejemplo), otros las ignoran, los árbitros también, y también me di cuenta de que ya ni las reglas de la vida acomodan las cosas en su lugar.
El futbol perdió tanto con el paso del tiempo y la evolución del negocio; mi primo Tito fue rechazado por las fuerzas básicas por la palanca que tenían otros juagdores. Hoy ya no hay juego limpio y hoy mi primo Tito tampoco está con nosotros (q.e.p.d.).

noviembre 09, 2009

No nos crucifiquen

El Jaibo Bravo

Queridos lectores, tal vez algunos de ustedes se preguntarán por qué demonios no salió la columna escribida por este mamarracho y su amigo y borracho, El Poste Rabioso; o tal vez a ninguno de ustedes les importe la mitad de un producto de gallina por qué razón habíamos dejado de ocupar espacio en este lindo diario.
Así que no me importa de qué bando estén, el mínimo de educación que me dejó estudiar seis años en una primaria de seminaristas, me indica que alguna explicación debo darles.
La única y verdadera razón, es que un día se me atravesó un trago de agua atarantadora que me invitó un amigo, la cual continuó con otro trago más, y luego otro y así sobrevino una borrachera envidiable, marca preparatoria y universidad, en la que permanecía sumergido durante largos días, en un lugar aciago, incierto, y del que ni me quiero acordar porque aunque lo intentara, no podría, porque hasta la última gota del último mililitro de mezcal ardiente se metió por la garganta de la última neurona que me quedaba. Fue tal mi suerte que en mitad de esa sombría fiesta, terminé desparramado en una banqueta de una colonia desconocida. No sabía de tiempo ni espacio, pero de alguna manera encontré abrigo en los brazos de una mujer; de eso si me acuerdo perfectamente, para que luego no me vengan con que salí con domingo siete, porque ese ser cariñoso no tenía tilingo lingo.
Una vez examinada esa situación, permití que el tiempo decidiera lo que tenía que pasar conmigo, así que después de varios días de cuidados a base de agua y menudos, me recuperé a mí mismo. En mitad de esa recuperación, recibí una llamada a mi teléfono móvil, el cual, gracias al cielo, no se me olvidó y el que no se por qué, ni quiero saber, tenía batería, así que contesté, y era el encargado de deportes del este periódico para preguntarme que qué pedo con las columnas, porque mi amigo El Poste Rabioso tampoco había dado señales de vida.
Así que en cuanto pude, me escapé de ese lugar, mientras los recuerdos llegaban a mi cabezota, de que tenía una responsabilidad. Llegué a casa, mi esposa y mi hijo me veían con cara de quién es este señor, que hace mucho que ya no vive aquí, y me bañé, expliqué, les compré comida, ropa y cosas y como que empezaron a acordarse de mí, y seguí con mi vida normal, hasta antes de la meca.
El miércoles pasado estuve a punto de caer en esas mismas garras, cuando me reuní con unos amigos, El Chango y El George, para ver el partido entre Pumas y América que me dio una infinita alegría. Las cervezas ya habían sido demasiadas, y los camellos fumados también, así que entre ese festín pasajero, irritado por el empate águila, pude explotar toda mi emoción cuando se marcó el panel y Martincito Bravo le clavaba el tercer gol. Pero una dosis de conciencia me pellizcó el oído, convertido en llamada telefónica de mi vieja, y hasta la borrachera se me quitó, al saber que si volvía a ocurrir lo que les conté primero, en este momento ya no tendría ni madre.

Dudas, quejas, sugerencias en el mail gambetas.lacolumna@gmail.com o en el blog gambetaslacolumna.blogspot.com.

julio 21, 2009

Instrucciones para jugar futbol

El Jaibo Bravo

El siguiente texto no pretende incluirse como un añadido a las joyas escritas por el maestro Julio Cortázar en sus Instrucciones para la vida, porque está por demás decirlo, que las siguientes frases, ilación de palabras, o intento de exposición de ideas, no tienen el mínimo rasgo de una obra magistral.

Instrucciones para jugar al futbol
La pelota puede estar quieta, como alma pensante que recibirá la información de una dirección y ordenamiento de la persona que la patee o que la toque con la cabeza, como principio básico. Si está en movimiento, la bola añade una dificultad para el ejecutante, quien debe mantenerse atento en todo momento para que al intentar ponerle el pie en un costado no pierda el equilibrio y termine, en el mejor de los casos, en el césped.
De inicio no se preocupe por la dirección, primero encuentre las zonas de sus pies con las que pueda golpear par que no se lastime, por aquello de que quiera pegar un puyazo; de esa forma, según cuenta la leyenda, Didí inventó la comba en los tiros libres, cuando Garrincha tenía una uña enterrada en el dedo gordo del pie y tuvo que pegarle con la zona interna para evitar dolores. Ha habido maestros para pegarle de esa forma como el inglés David Beckham o El maestro Benjamín Galindo, y no precisamente porque tenían las uñas enterradas, no vaya a salir demandado su servidor.
Cuando domine el pateo de diferentes zonas de su pie, intente mandar a diferentes direcciones y distancias para enviar la bola, así mejorará su pase corto y largo, el disparo de media distancia, raso, alto… y cuando domine eso, añada todas sus habilidades con los pies en movimiento, porque cuando el cuerpo ya no está detenido en un sitio, las caídas pueden ser más desastrosas. Una falta de coordinación provocará la burla de todos los compañeros de su equipo y ahí tendrá que leer el instructivo de psicología de cómo sanar su pensamiento de traumas y, créame querido lector, ese es más complicado de ejecutar.
Es necesario aclarar que el futbol no lo elige uno como el deporte que mejor practica, sino que es el mismo futbol el que elige a los que lo practicarán. No por nada, cuando una madre está embarazada y el bebé en el vientre patea, se dice que será futbolista. Y si pega muy duro, será un buen cobrador de tiros de media distancia o tal vez boxeador, lo importante es que el futbol siempre es impredecible.

Instrucciones para la fecha 1
La preparación para ver un juego de futbol es un preámbulo del desfogue de emociones. Si el momento previo, en el que colocó las cosas necesarias para ver un juego, no lo hizo de manera adecuada, el resultado de su vivencia no será la más placentera.
Por eso, si es usted casado, deberá esconder el control remoto del televisor desde cuarto días antes, recargar las baterías o comprar un juego de ellas para tenerlo listo el día del encuentro. Las llamadas telefónicas para invitar a los amigos nunca están de más, tampoco el emplear, por decir algo, una cuarta parte del refrigerador para la cerveza o el refresco. Las hieleras suplen esa parte de manera excepcional.
Otros aditamentos pueden ser chicharrones, guacamole, carne apache, tostadas, papas, palomitas, frijoles refritos, carne asada, chorizo asado, tortillas y no puede faltar una salsa picante de botellita.
No olvide, por último, asegurarse que el juego será transmitido por televisión, porque de no serlo así, todo terminará en una borrachera marca diablo en la que nadie se acordará que ese día había partido.

Con la choya
Úrgeme remedio para curar la gripa.

julio 06, 2009

Por ocioso


El Jaibo Bravo

Hoy me siento bastante contento por lo que acontece en mi vida: debo un mes de la colegiatura de mi hijo, más el curso de verano porque nadie de la familia podrá cuidármelo durante las vacaciones y mi vehículo arranca cuando quiere por una falla en la bomba de la gasolina.
Así que he vuelto a mis raíces, a caminar grandes cantidades de cuadras para no gastar tanto en transporte público y a comer una vez al día. No sé por qué estos días he recordado mi etapa de estudiambre, aunque de manera extraña la sonrisa no me sale con la misma facilidad que antes.
Pero cambiemos de tema, qué la parece si hablamos de futbol, algo que no hacemos desde hace varias semanas.
Podemos entablar en esta ocasión un juego con usted, si usted, amable lector, me lo permite. Yo le haré algunas preguntas incoherentes y usted podrá responderlo en voz alta, en voz baja, en su pensamiento o por correo o hasta mentármela en el blog. Me siento como el doctor Armando Hoyos.

1.- ¿Si Cristiano Ronaldo le costó al Real Madrid 93 millones de euros, es decir 137 millones de dólares, o sea 1 billón 781 mil millones de pesos, y los 65 movimientos del draft 2009 de México implicaron 271 millones de pesos, 15 por ciento de lo que costó CR7, quiere decir que la liga mexicana vale un comino respecto a una estrella europea?

2.- ¿Si Javier El Vasco Aguirre prometió a su arribo muchos huevos para la selección mexicana, por qué demonios no se los han desayunado?

3.- ¿Si Juanito, ganador de la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, prometió que le cederá su lugar a Clara Brugada en un mes, por qué Paco Ramírez del Chivas no anuncia lo mismo para Sven Göran Eriksson?

4.- ¿Si hubo un abstencionismo casi de 70 por ciento en las elecciones del domingo pasado en México, no podremos hacer lo mismo y apagar la televisión y dejar de ir a los estadios para castigar el pobre espectáculo que se ve en el futbol mexicano? (Perdón, me salí del tema)

5.- Con todo el respeto que se merece el difunto Michael Jackson (q.e.p.d) ¿Si el ex cantante tenía deudas que los 75 millones de dólares anuales de regalías no podrían cubrir, y su muerte generará en los próximos 12 meses ventas de discos por más de los 50 millones de dólares (según los augurios más modestos), añadidos a las regalías anteriores, quiere decir que el mejor negocio de MJ fue haber muerto? (Perdón, me volví a salir del tema)

Sombrerito
Algo positivo que le veo a las largas caminatas es que podré forjar un poco de condición física para el torneo ráfaga de futbol que este fin de semana habrá en la empresa donde trabajo. La cuestión es si mi toque exquisito de pierna derecha no se mermó después de casi dos años de inactividad y de músculo en reposo. Al menos espero no terminar desgarrado o con esguinces. Lo que menos me preocupa a mi edad es si ganamos o perdemos, sino estar expuesto al ridículo.

junio 01, 2009

Raza y espírtu

El Jaibo Bravo


Lo que hace un campeonato. Vuelve locos a todos los aficionados de Pumas, los hace gritar hasta el desgarre de las cuerdas vocales, cansarse del brazo de tantos goyas, terminar con calambres en los chamorros de tanto brinco y lo que fueron los excesos de los festejos, hasta El Tuca Ferretti terminó sin bigote después de la rasurada de Leandro Augusto y Sergio Bernal.
Sí señoras y señores, niños y niñas, hubo humo blanco, salió campeón el mejor equipo, el único que podía demostrar que entre tanta decadencia del futbol nacional, hay conjuntos que meten y meten, que luchan por el compañero y que no importa las fallas de Dante y Bernal, nadie reclamó y todos los arroparon para que vieran que había unidad y al final el festejo, el de amigos, el de los representantes de una sociedad del país que vive la mismas sensaciones por una universidad, los colores azul y oro y un puma felino, siempre aguerrido.

Bigotes retorcidos
Tuca, felicidades, lograste algo que siempre te faltó en tu currículum. Un técnico tan trabajador y constante como tú, que no ha dejado de dirigir desde la temporada 1990-1991, auxiliar de la selección de Mejía Barón, que cuentas con 31 torneos dirigidos en primera división, más de 20 liguillas, era injusto que sólo tuvieras un título de cuatro finales.
Ganaste tu primer campeonato con las Chivas Rayadas en el Verano de 1997, ante el mismo Enrique El Ojitos Meza, cuando dirigía a Toros Meza. Caíste en las finales dirigiendo a Tigres, las dos con Pachuca, y después perdiste la final en el 2007 contra Atlante.
Pero tenía que ser así, esperar 18 años para que volvieras a ver el azul y oro en el aire, para ver a Bernal otra vez de tu lado festejar un campeonato igual de sufrido que el ganado a principios de los 90.
Faltaba que obtuvieras un campeonato con el equipo de tu sangre, por el que lloraste en la temporada 1990-1991 en Ciudad Universitaria cuando reventaste con una bomba de tu pierna derecha la red de Adrián Chávez para el campeonato felino. Merecías ganar con tus Pumas otra vez como hace tanto tiempo, como aquella vez que diste cien vueltas a la pista de tartán de México 68, con la bandera gigante, la que ondeaste con locura porque era tu último partido como jugador de la UNAM, con tu último gol con la playera del puma en el pecho.
Tuca, como jugador fuiste un icono de la máxima casa de estudios, un emblema, y aquella vez cargaste el estandarte a lo más alto, lo mismo que este 2009, para demostrar que por la raza habla el espíritu.

Inadaptados
Es válido cometer ciertos excesos en los festejos, como emborracharse hasta vomitar y sacar espuma por la nariz, pero el que ocurrió la noche del domingo en Morelia, el de un barra brava de Monarcas que sacó un arma para herir de gravedad a un alegre aficionado de Pumas, no tiene validez.
Ojalá que ese tipo se entregue a la justicia, que su conciencia lo lleve a pagar por su crimen porque alguien que falta el respeto a un prójimo de esa manera no merece caminar tranquilo en la calle. O al menos que alguien lo entregue.

Bote pronto
Festejamos como locos, mi hermano en Manzanillo gritando por teléfono como poseído, mi esposa y mi hijo brincando y gritando en casa y yo en el trabajo, viendo por televisión el festejo de un título como hace 18 años, cuando observé por primera vez un campeonato de la UNAM y decidí serle fiel. Eso, y que mi hermano me hizo firmar un papel en el que juraba amor eterno a la camiseta del Pumas cuando tenía 10 años.

marzo 23, 2009

Huevos revueltos

Por El Jaibo Bravo

**Un saludo y una disculpa ofrecemos a ustedes queridos, apreciados y respetados lectores, que la semana pasada no pudimos dejarle, ni este Jaibo servidor ni El Poste Rabioso (que creo que hasta se fue de rodillas al trabajo para el milagro de que no perdieran sus águilas), un bloque más de inspiración chelera y pambolera.



Yo lo ví, fue El zurdo Morales; fue él, fue él, el que mancilló el orgullo viril de Francisco Guillermo Ochoa.
Lo machucó la bola flamante que salió de la pierna izquierda del jugador felino. Sí, señora y señor, fue casi fulminante, me imagino dolorosísimo, divertido, también, la manera como estalló la pelota en la entrepierna del portero del América.
La alegría que suponía su servidor, sería el juego entre los pumas y las águilas, se convirtió en la misma aburrición de los juegos entre los clubes más populares del futbol nacional. Es como si dos pistoleros del lejano oeste se batieran en un duelo con balas de salva.
Reconozco que el tiro de Édgar Castillo que pasó entre las piernas de Bernal y que después se fue al palo me preocupó, y que después el tiro centro de Beaussejour que pegó en el travesaño también me inquieto. Y el gol de Dante López lo canté, lo grité y después lo berreé cuando señalaron la falta.
Pero la parte que realmente me sacó una sonrisa, bueno, lo admito, una carcajada, fue el martillazo que recibió Francisco Guillermo Ochoa, al que también llaman sus seguidores Paco Memo.
Fue algo que nadie se esperaba, algo chusco, y no porque sea una persona que me burle de la desgracia humana, pero, querido lector, acaso usted no disfruta cuando su acérrimo rival sufre una desventura de esta índole, claro que sólo desde el punto de vista deportivo.
Y todavía repitieron la imagen una, dos, tres veces y con cámara lenta y con la toma frontal, y la contra toma, y desde todos esos ángulos me provocó esa ternura demoníaca.
Le podré contar a mi hijo cuando sea grande (porque ha de saber que también le va al Pumas y hasta lanza el Goya con brazo extendido), que en tan deslucido encuentro le rompieron las bolas a Ochoa... y no porque precisamente le metieron gol o porque perdió.
No creo que sea posible, pero sería lindo que incluyeran esa escena en uno de los capítulos de Los Simpsons, para que, cuando el arquero guajolotero se levantara de sus retorcijones, apareciera Nelson detrás de los anuncios de la portería con su risa burlona: ¡Ja Ja!. Aguda e hiriente.


Hasta cuándo
Otra vez el torneo mexicano se convirtió en el mercado de las desgracias. A excepción de Toluca, los equipos pierden, pierden, luego ganan, vuelven a perder, empatan y así se la llevan, campechanos, alegres, mediocres. Por eso no sorprende que Morelia, que ganó después de seis jornadas, esté empatado con Tecos y América en el segundo lugar del grupo 2 con 13 puntos (de 33 disputados). Son pocos, no cree. Y si repasamos las tablas nos daremos cuenta que a ninguno le importa tener los números más negativos y tristes… mientras califiquen a la liguilla.


Gol olímpico
Mi hijo está en la etapa de entrenamiento de control de esfínteres a sus dos años y nueve meses. Vamos hijo, échale ganas, nomás avísame porque andas como perrito marcando territorio por toda la casa y mojas toda tu ropa. Un día tu mami se va a enfadar y me va a tocar lavar tu ropa aderezada de pudín.

Un abrazo de acá pa allá.

marzo 05, 2009

Guerra y futbol

El Poste Rabioso

Un lugar utópico (y esto es una idea trillada) sería uno en que los conflictos entre países se resolvieran con uno o varios partidos de futbol, así se evitarían desgastantes y cansadas reuniones diplomáticas y, lo más importante, las guerras.
Relacionar un conflicto bélico con un partido de futbol es también un recurso muy gastado. La publicidad, por ejemplo, que Televisa utilizó durante el Mundial de Alemania 2006 fue precisamente esa y hay casos muy sonados de encuentros entre naciones que han tenido, ¿quién no recuerda el enfrentamiento entre Argentina e Inglaterra en México 86?
Y hablando de Alemania, fue un general quien bien entendió eso de que el futbol era de una importancia crucial para el hombre; me refiero a Edwin Rommel, mejor conocido como El Zorro del Desierto, que durante sus combates en el norte de África se caracterizó por su tenacidad y su elaborada estrategia militar que propició importantes derrotas al ejército inglés.
A pesar de la guerra, la vida era llevadera, tenían o improvisaban balones de futbol.
“En cuanto nos deteníamos en alguna parte y había oportunidad de descansar, despejábamos una pequeña zona en el desierto para disfrutar de un partido de futbol. El deportivismo se veía en ambos lados, los partidos de futbol no debían ser interrumpidos por fuego de artillería durante ciertos periodos”, relata sobre esos días un soldado alemán.
El futbol no fue exclusivo de las batallas en el desierto. También durante la Segunda Guerra Mundial, antes de la ocupación alemana en Francia, los soldados franceses observaban a los alemanes jugar futbol mientras esperaban la orden de la invasión para la que ya estaban preparados los galos. Relata un periodista que le preguntó a un soldado francés por qué no abrían fuego a los nazis que jugaban frente a ellos y el soldado contestó que no había necesidad, estaban jugando futbol y más aún, él estaba siguiendo el desarrollo del partido.
Vuelvo al desierto africano. Es posible que Rommel estuviera más preocupado por el combustible de sus Panzer, por la suerte de los suyos en los otros frentes en Europa o por cuestiones más pueriles como la escasa agua para asearse que por el grito de “bolita por favor” que los británicos dirigían a los alemanes durante esos encuentros en la dura superficie del desierto, pero de lo que sí estoy seguro es que era un romántico y no lo digo yo, sino uno de sus oficiales que relata: “Rommel fue tal vez el comandante ideal para este campo de guerra (el desierto), era muy ancha el área, pero muy limitado el número de soldados y así podía aplicar muchas tácticas navales”, sólo una mente romántica podía ver en un tanque de guerra (los panzer fueron cruciales en las victorias de Rommel) un barco y en un desierto, un mar.
Para los románticos el mar era un símbolo que representaba ese terreno en donde el héroe expía sus culpas y busca la divinidad, de la misma manera funcionaba el desierto. No sé si el mariscal alemán era fanático del futbol, pero seguramente leyó a Goethe (¿qué alemán de aquella época y de la clase social a la que pertenecía Rommel no había leído a Goethe?) y quizás hasta a Thomas Mann (que no pertenece al romanticismo, pero que encontró en el autor de Fausto un modelo a seguir), aunque seguramente a éste lo leyó a escondidas, pues Mann fue uno de las muchas lecturas censuradas por los nazis.

febrero 16, 2009

Frases (infames) del futbol


TV AZTECA
EL JAIBO BRAVO

Había una vez un canal de televisión que tenía a un buen cronista, Don Emilio Fernando Alonso, ahora está el kínder donde se divierten, sin seriedad alguna, Cristian Martinoli, André Marín, Antonio Rosique y la demás banda. Aquí tenemos sus frases celebres.

Voy que te quedó jabón
Elegante y contundente, David Medrano describe en cinco palabras una acción del juego en donde un rival comete una falta con gran fuerza. Es profunda y carente de vulgaridad, cualquier otro diría: qué falta, qué bruto, o algo como: casi le rompe la pata.

Qué le pasó a…
Una muestra del ingenio de Martinoli: fresco, sin misericordias para el jugador que comete una pifia, también llamado osote. Así se escucha por las bocinas de nuestra televisión el Qué le pasó a Fulanito, para no arrojarnos en la cara un sencillo: la regó, la cajeteó.

No, bueno...
Frase empleada en un inicio por Luis García para mostrar su rechazo o negación a lo que ve en la cancha. Ahora todos los demás miembros de la banda la emplea casi a cada toque de pelota. Generalmente va precedida de la construcción literaria de Martinoli: Qué la pasó a fulanito. Como diría él mismo (y sí, la traigo algo contra él): infame.

De Palomita
¿Y usted qué opina? Ah no, esa es de Nino Canún.

DE LOS TELEVISOS
El POSTE RABIOSO

Ñoños, anacrónicos, insulsos y con falta de imaginación, se pelean codo a codo con sus acérrimos enemigos, los aztecos, por ver quiénes son los más ilustres formuladores de babosadas. En la imagen de El Perro Bermúdez tienen quizás a su más grande lamebotas, creador de frases tan célebres como Al rinconcito, papá, Donde las arañas tejen su nido, Zambobazo (este título de un programa dominguero de variedades con tan poco éxito que debería ser incluido en la Antología de la Infamia del Futbol Mexicano), Tirititito, Versallesco y un largo etcétera.

Déjenme ver
Cuando de jugadas polémicas se trata El Perro Bermúdez pone la pauta y, por más evidente que sea el fuera de lugar, el penal, la falta criminal, él siempre se mantendrá ecléctico, justo, sabio, fiel de la imagen que se repite hasta el cansancio en detrimento de perdernos el desarrollo del futbol en la cancha. Se sabe que cuando de América se trata siempre tendrá una opinión favorable para los de Coapa, no los culpemos, el hombre tiene familia qué mantener.

Un logro
Si El Jaibo Bravo trae de bajada a Martinoli (ciertamente el personaje de TV Azteca es infumable) un servidor no traga a Bermúdez, pero hay una narración que nunca olvidaré. Los últimos momentos del partido de la selección contra Holanda en Francia 98. En aquel entonces la selección perdía 2 a 1, el marcador nos daba el pase a la segunda ronda gracias a que Corea del Sur y Bélgica empataban a un gol, de repente la cabellera rubia y turbia de Luis Hernández apareció de la nada y de una caída, nada estética por cierto, conectó el balón para que se fuera lentamente al fondo de las redes anaranjadas de los holandeses, justo en ese entonces, en su afán de protagonismo, el Perro Bermúdez realizaba una cuenta regresiva interrumpida por el grito (léase alarido) de un Hugo Sánchez desaforado, grito unísono de miles de gargantas al otro lado del atlántico que eufóricas festejaban la calificación por méritos propios, memorable narración, sin duda, de un narrador gris como el que más.

Pa mis adentros
¡Ánimo, ánimo, señores (del América) ya llegó Jesús!

febrero 09, 2009

Aunque jueguen como telenovela

El Poste Rabioso

La incertidumbre está construida de certidumbres. Mañana que juegue México contra Estados Unidos una incertidumbre que en los últimos días se ha convertido en un lugar común de todos los mexicanos apasionados al futbol podrá sentarse con nosotros a ver el partido, la incertidumbre de la victoria mexicana.
La duda está sostenida por verdades que son negadas por la pasión propia de fanáticos irrazonables. Verdades: México es, en estos momentos, inferior a Estados Unidos y no lo digo yo, que me miento a cada rato, me lo dice la falta de gol de los verdes en 180 minutos, la poca presencia de un estilo de juego (el pobre Sven sólo ha tenido unos cuantos partidos con el tricolor), el mediocre desempeño contra Suecia, el ya conocido pánico escénico de los nuestros en este tipo de partidos y las lesiones que se han sumado a esto factores negativos.
Pero hay otra realidad que nos hace pensar que es posible el triunfo mexicano: La entrega de los nuestros, las ganas de una reivindicación como el gigante de la Concacaf, la sensatez de un cuerpo técnico que seguramente estudió al rival, saber que la presión la tienen los otros, que Rafa Márquez metió un golazo y, sobre todo, la esperanza de ganarle de una vez por todas a Estados Unidos, cómo sea.
No sabemos si mañana México ganará frente a Estados Unidos, la incertidumbre está sostenida por dos opciones tan ciertas como que hoy es martes: el triunfo y la derrota. Más probable la segunda que la primera, pero sólo deseada la primera, ahí la contradicción de la duda, ahí el motivo que nos provoca apostarlo todo, la esperanza de producto de la pasión propia de fanáticos irrazonables.
La esperanza del triunfo hará más dolorosa la derrota, la esperanza de anotar un gol nos hará sentir más seca la garganta cuando al final de los noventa minutos nuestro marcador marque cero, la esperanza de sumar tres puntos desde el inicio del hexagonal le pondrá espinas al resto del camino para ir a Sudáfrica, la esperanza, en suma sólo nos produce congoja.
Mañana juega México contra Estados Unidos, yo quiero que ganen los míos, yo tengo la esperanza de una victoria y niego que los argumentos que anuncian la derrota sean más fuertes que los que pronostican la victoria porque nadie sabe el tamaño de mi pasión, propia de fanáticos irrazonables.

¿Y el empate?
El empate es el terreno de la desazón y sólo sirve para dos cosas: sumar un punto y disfrutar del futbol que en aras de ganar se desarrolla en el campo de juego. A estas alturas a mí no me importa si México juega como telenovela de Televisa o como película de Kusturica con tal de que gane y no me importaría, tampoco, si no pierde (entiéndase empate).
Si México empata (y si no lo hace cero a cero), sólo me quedará el placer del grito al menos un gol de los nuestros y la mentada de madre correspondiente al gol gringo.

México va a ir al mundialSeis equipos buscan tres boletos y medio parta ir a Sudáfrica. Es decir, México tiene una probabilidad de 58 por ciento de ir África y jugar tres partidos que serán vistos por televisión por millones de mexicanos, por miles que irán a gastarse una cantidad similar de dólares sólo para cantar Cielito lindo y perpetuar la imagen chicharachera del mexicano que tanto gusta a los de afuera, eso sin contar las ya conocidas promociones de empresas telefónicas, televisivas, farmacéuticas y demás que también tiene sus negocios con la FIFA, demasiado dinero como para que México quede fuera del mundial. Yo no sé si ganemos a Estados Unidos, estaremos en el mundial y allá nos veremos.

¡Gigantes, mis tanates!

El Jaibo Bravo

El partido que jugarán este miércoles 11 de febrero Estados Unidos y México removió toda nuestra pasión. Ya muchos de nuestros paisas se pusieron la verde, otra se la fumaron, pero en general la expectación está dividida en dos: que México gane o que México no pierda tan gacho.
Algo que me di cuenta de los partidos entre México y Estados Unidos es que es de las pocas veces que nos acordamos que somos mexicanos, al menos eso le ha pasado a mi generación, tan joven como la VHS y no tan ruca como para que RBD me parezca impúdico.
Así que después de tanto jugar playstation, llorar con la derrota del Pumas en la jornada 4 del torneo mexicano, sufrir con la película de las Langostas asesinas y leer el Instinto de Inez de Carlos Fuentes, reflexioné que por qué, si a Hugo Sánchez lo dejaron hacer pedazos a la selección en más de dos años, al sueco Sven Göran Eriksson lo quieren correr cuando apenas tiene dos partidos (Jamaica y Honduras) de eliminatoria dirigidos, además, de los seis países del grupo final de la Concacaf, tres pasarán directo y otro irá a un repechaje, entonces no creo que México quede entre los dos últimos.
Después de este fin de semana agitado, aquí les traigo mis 10 razones por las que México no le ha podido ganar a Estados Unidos en los últimos 10 años.

1.- Los jugadores creen que si ganan, aparecerá Terminador en la frontera para exterminar a la raza azteca.

2.- Creen que si le ganan a Estados Unidos, el gobierno americano ordenará la invasión a México para derrocar al gobierno, para liberar al pueblo nacional de la opresión… y el hambre, y la pobreza, y la deficiencia en la salud pública, y la mala educación, y la mala economía.

3.- Piensan que si meten un gol habrá francotiradores desde la azotea del estadio, o que saldrán rancheros texanos con rifles en mano para disparar a los espaldas mojadas. Digo, por aquello de que les van a ver sudada la camiseta.

4.- Se imaginan que si ganan, la migra los detendrá antes de cruzar la aduana y entonces a Aarón Galindo le harán el antidoping y saldrá positivo, y verán el antecedente que tuvo antes de Alemania 2006.

5.- Piensan que si ganan, la migra gringa, en represalia, hará una redada en el estadio para atrapar a cuanto mexicano con sombrero de charro vea y lo regrese al suelo patrio.

6.- Porque seguimos con la idea de los años 50’s y 60’s de que México es superior a los Estados Unidos, Canadá y los centroamericanos, aunque nuestra selección no calificó a España 1982, nos castigaron por tramposos para la eliminatoria de Italia 1990, sudamos sangre para meter el gol a Canadá, el cual nos calificó a Estados Unidos 1994, lo mismo para Francia 1998, que ya llorábamos para Japón-Corea 2002 y hasta teníamos pesadillas de que no íbamos a Alemania 2006.
7.- Porque nuestra realidad es otra, el destino nos alcanzó y el futbol globalizado llegó a Trinidad y Tobago, Honduras, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá y a muchos otros lados, en donde tienen jugadores en Europa que juegan al más alto nivel, mientras que los medios televisivos nos hacen creer que sólo los mexicanos tienen acceso a conocimientos del futbol.

8.- Porque si pierden no hay ningún problema, le podrán echar la culpa al técnico, al directivo, a la cancha, al clima, al árbitro o a la mosca que pasó junto a ellos.

9.- Porque los gringos saben que es sólo un partido de futbol, un juego más en el que son competitivos, mientras en México habemos muchos aficionados que creemos que perder con los gringos es cuestión de orgullo y hasta de vida o muerte para todos, incluso entrenadores como Eriksson. ¿Se acuerdan que desde la conquista somos los hijos de la Malinche?, la respuesta está en El Laberinto de la Soledad de Octavio Paz.

10.- Porque tenemos un complejo muy fuerte en el tema gringolandia y nos da envidia que avanzaron de manera significativa en estructura de su liga, el desarrollo futbolístico desde antes de 1994, y en tan poco tiempo lograron mejores resultados que nosotros, mientras que en nuestra tierra prevalece el manejo de intereses en la federación, la corrupción, la búsqueda de dinero para las arcas de los directivos, los “pactos de caballeros” entre directivos, tranzas y todas las fregaderas que se les ocurre torneo tras torneo, eliminatoria tras eliminatoria, que hicieron que nuestro país se estancara desde hace más de 20 años.


Reciban un gran saludo de mi parte, y si pierde el Tri, no perdamos la cabeza…ni la cartera en el bar donde lo vean. Saludos y que tengan buen fin de semana.

febrero 06, 2009

Patitas de pollo en oferta

Por El Jaibo Bravo

Hice lo que mis buenos amigos de Provincia me dijeron: compré mi torta de carnitas, mi refresco (aclaración, no era cerveza), una semillas para destaparme la muela, mi boletito, que no fue de reventa, y me aplasté en el Estadio Morelos para gozar cómo Morelia jugó con las Águilas. Sí, jugó con ellas, les ganaron 1-0.
Ahora mis amigos que se decían emplumados se desconectaron del messenger desde ayer para no leer la cantidad de mentadas que todo les podíamos escribir, y seguramente, no abrirán sus correos electrónicos durante varios días para evitar la cadenita de Las Porristas del América que circula desde hace unos días. A uno de mis compadres le mandé un mensaje al celular y, como era de esperar, no lo respondió. Sería porque estaba rabioso por la derrota o por las serie de groserías que le incluí a mi texto burlón, pero hasta lo apagó porque después me mandaba al buzón.
Mi vecino, que tenía una bandera minimental en su vehículo, la quitó en la misma noche del sábado. Gracias al cielo que la quitó porque el fraccionamiento empezaba a tener una vista nacada, hasta daba miedo que nos pudieran asaltar.
Pero qué lindo fue ver a los alumnos de Ramón El Pelado Díaz que corrieron como rateros en búsqueda de un golesillo para el empate sin conseguirlo, para dejar molesta a su afición, la misma que hace una semana celebraba hasta con cuetes de feria de pueblo el empate a dos goles con los diablos rojos del Toluca. Para qué quieren a ese tipo en el banquillo.
Cabañas se paseó en el Estadio Morelos, a Pável Pardo lo cambiaron porque le dolía la nalga, a El Topo Valenzuela le aplicaron un dormilón, de esos que dan risas y hasta le hicieron una falta al árbitro, quien rodó por la cancha con la gracia de una caja de cartón. Moisés salvó la del último minuto, la defensa del Morelia se revolvió como cuando se juega en la escuela sin portero, Sabah se deshizo de las pesadillas de las plumas y la gente salió del estadio con alegría en la sonrisa y mucho alcohol en la sangre.
Por supuesto que no fui a beber a ningún para celebrar que los zopilotes salieron raspados, porque en mi casa ya me esperaba mi esposa con un coraje que casi le provoca la diabetes porque le había llevado un chocolate de avellana y ella lo quería de cacahuate. Pequeña diferencia.

Bigotes en crisis
Los dos son Ricardo y el colmo es que tienen bigote. El futbol que practican sus equipos son tan diferentes; uno es tan espectacular como rin tin tin con traje de bombero y el otro tan tosco como un xolozcuintle con gripa. El primero es de Lavolpe y el segundo de mi padrino Tuca Ferretti, y aunque los resultados no se les dieron esta jornada siempre le ponen sabor al futbol mexicano. ¿No cree usted?

De Palomita
¿Ya vió la película de Vicky Cristina Barcelona? Si me pregunta no se la recomiendo porque Penélope Cruz y Scarlet Johansson se pasean frente a la cámara con tan poca ropa que no se puede poner atención a los diálogos y lo peor es cuando se enamoran entre ellas porque le aseguro que va a querer apagar la televisión. Pero entonces el control se quedará sin baterías, como me ocurrió a mí, y no va a poder apagar el televisor y tendrá que verla hasta el final.

PD.- Le quiero mandar un saludo al colega columnista Javier Salinas porque sus Acereros ganaron el Super Tazón de la NFL, aunque casi provocan un infarto, y me imagino que celebró como brasileño en carnaval.

enero 30, 2009

Melé

Ahí les va una crónica de la bronca entre el OOAPAS y El Tauro, equipos de la liga local de Morelia

Por nuestro amigo: Edgar Pérez

El partido estaba caliente, ardía, y Jesús Rueda del Ooapas echó más combustible para aumentar la flama en la Liga Municipal.

Ooapas había manejado la pelota todo el encuentro, la había tratado por las bandas y por el centro, con Pelé Chávez y Erick Heriberto Medrano como los principales engranajes de la maquinaria, pero no había gol en la puerta del Tauro, sólo impotencia para el equipo que tenía a tres ex Monarcas (Pelé, Alejandro Pliego y Emmanuel Turrubiates).

Los jugadores del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento no podían hacer que los astados se arrodillaran, en cambio, el Tauro de El Chombo Villalón aguantaba de pie, con la cara levantada y con una entrega interminable en la cancha 6 del a Unidad Deportiva Cuauhtémoc, había tenido las dos más claras con sus delanteros Octavio Sánchez y Enrique Cedeño, quienes erraron.

Faltan 10 minutos para el final del juego, Jesús Rueda perfila directo a la puerta, el arquero Antonio Farías barre con los tachones por delante, el atacante gira en el aire, el árbitro Juan Pabo Gamboa marca penal y expulsión, pero el goleador se levanta y revienta su pierna izquierda en la cara del cancerbero.

El hombre tirado en el suelo, su cuerpo tiembla por las convulsiones, las porras ingresan al campo hinchados de euforia y los puños se convierten en los argumentos.

Más de 50 personas en el campo y entre la marabunta se distingue al doctor Rivera que ataca por la espalda al Pelé, éste responde, el arquero Turrubiates del Ooapas hace lo mismo con Eduardo Picui Villalón. Todos estallan, la bola incandescente pasa del área a la banda y al centro del campo y nadie los detiene, ni el propio nazareno que prefiere suspender el juego al minuto 80 cuando iban 0-0. Entonces lo atosigan los del Ooapas, exigen el cobro del penal, pero no hay nada más por hacer, el juego había terminado.

Ya sin el árbitro en el campo, la ambulancia ingresó a la unidad deportiva y los paramédicos llevaron en camilla, y con collarín, al portero Farías.

La comisión disciplinaria decidirá si permanece el empate, ambos pierden o si uno de los dos equipos se queda con los tres puntos, después de lo asentado en la cédula por el árbitro Gamboa, aunque en el ambiente corría el rumor de que ayudarían al Ooapas. Toda esta bronca ocurre una semana antes del juego Ooapas-Jalisco de Primeras Especiales.

enero 27, 2009

De la final del 90-91

por El Poste rabioso

Me pregunta usted, Jaibo rastrero, si me dolió aquella final de 1990-91 y yo sólo recuerdo la tarde aburrida que le siguió al partido y que sólo presagió una noche igualmente aburrida de Siempre Domingo. Después insomnio, después malos sueños, después la escuela y la cascarita de un lunes ya, un lunes sin campeonato, un lunes de deshonra con compañeros que iban a la escuela envueltos orgullosamente con su puma en el pecho y unas rabias canijas de darles de puñetazos, porque fuimos mejores, carajo, les metimos tres en el Azteca y ustedes con un solo tanto en CU, se llevaron la gloria. ¿Me pregunta usted si me dolió? Más duele la infamia que cargamos desde entonces.
Déjeme decirle, Jaibo Bravo, que América es un pueblo, somos un pueblo que si bien tiene su nido en Coapa, tiene innumerables guerreros por el resto de la república, somos un pueblo que está en todos los rincones del país, somos un pueblo, Jaibo, un pueblo con historia, un pueblo que no olvida, un pueblo lleno de soberbia, cierto, porque sólo los elegidos pueden portar una camiseta como la que nos envuelve.
Y así, como pueblo, señor Bravo, caminamos las calles aquel lunes de 1991 con la certeza de seguir siendo el mejor equipo de México, porque una batalla no es la guerra, porque el reino de los justos estaba hecho para aquellos que han conocido la derrota más fiera, y no hay peor bestia que la soberbia dañada.
Mientras más grande se es, más fuerte es el golpe al caer, eso es cosa harto sabida, así nos pasó a nosotros, no teníamos palabras para justificar el fracaso, ¡no las teníamos porque no conocíamos la derrota! Y lo pagamos caro.
Nuestra cita con la historia, nuestra deuda por aquel zarzal de crímenes de guerra (partido arreglados, árbitros comprados y demás supercherías que se nos cuelgan como a santos pervertidos) la liquidamos en los noventa.
Después de aquel 22 de junio de 1991 ante nosotros se nos mostró el destierro y así como el pueblo de Moisés anduvo cuarenta años sobre desierto, nosotros nos aventamos una sequía de doce años sin título, sin pisar siquiera la cancha sagrada de una final.
No lo sabíamos ese lunes pero la derrota del 91 representó más que una final perdida y un campeonato frustrado, la derrota del 91 fue el principio del derrumbe, la cumbre desde la que se veía el abismo al que descenderíamos por las inexorables leyes de la física, tan parecidas a la de la vida, tan parecida al futbol.
Yo también lo vio, Jaibo, lo vi con estos ojillos que algún día serán deleite de gusanos, vi el lance inútil de un portero que jamás llegaría a esa pelota, porque estaba escrito en la historia que esa maldita pierna derecha de Ricardo Ferretti le quitara a América un fragmento de gloria y le dejara en cambio más de una década de deshonra.
Jaibo Bravo, usted recuerda un gol soberbio, usted recuerda un hombre, un campeonato, yo, señor Bravo, le recuerdo a todo un pueblo y lo conmino a que mire a su alrededor para que tiemble de miedo.

Pa mis adentros:
¿Este Jaibo será el de Los olvidados de Luis Buñuel?

enero 21, 2009

Los peores fichajes


El Jaibo Bravo


Cada inicio de temporada algunos equipos mexicanos se empeñan en contratar jugadores desconocidos hasta en su barrio; excepcionales futbolistas profesionales de la substitución, promesas eternas, o como le decían en mi barrio: Calienta bancas. Hasta parece que cada seis meses los 18 clubes de la Primera División de México hacen una apuesta para averiguar quién contrata al más inútil. ¿Ejemplos?... bueno hay muchos, pero pongamos unos en el cazo.

Los zopilotes del América
Ramón Díaz pidió a Jean Beausejour, un ofensivo chileno del O'Higgins. Su nombre parece sacado de una película francesa de la Pantera Rosa. ¡Si era hispano porque no le pusieron Juan Buenseñor!. El problema de América no son los fichajes de jugadores que servirán de experimento, sino que la directiva, que tiene su nido en Coapa, haya elegido como técnico al mágico Ramón Díaz, que lo único que hace aparecer son fracasos. ¿Traerá muchos espejitos?

Los del Atlante
Piensan que con llevar a Rafael Márquez Lugo van a resolver el problema del gol. Más bien creo que la intención es que cuando haya muchas lluvias, lo pongan a servirse unos jaiboles de agua de cielo. Con eso que se toma hasta el agua de los floreros.

Se rayó
Pero si hablamos de amantes de las tablas de danza, el Monterrey eligió a uno de los nominados a los awards, Diego Martínez, quien en su primera y única pretemporada con Monarcas fue castigado porque el nene no se levantó a entrenar. Después de la fiestota que agarró la noche anterior era una grosería despertarlo.

Genialidades de la máquina
A Billy Álvarez y a El Yayo o Abelardo (de Plaza Sésamo) de la Torre se les ocurrió que Luis Ángel Landín era la solución al gol. ¿Sí les dijeron que el zamorano metió un gol en un año? Bueno, sobre advertencia no hay engaño... Y luego rematan con un tal Omar Tena. Ojalá no terminen cargando bultos de cemento.

La tribu de Ciudad Juárez
Los indios hicieron una fuerte apuesta por contratar los servicios de ¿Arturo Echevarría?, que llega del ¿Real Colima?. :S

¡Ay, ay ay!
El indio no tiene la culpa... Ahora resulta que El Dany Osorno sigue en las canchas (será con muletas) y ahora está con los camoteros del Puebla. ¿Será para jugar o para que toque con su banda Pura Caña en las gradas del Cuauhtémoc?

¡Que no se espine!
La pregunta es para la directiva de San Luis, ¿por qué escogieron a Américo Scattolaro como técnico? Si buscaban a alguien barato le hubieran echado una llamada al profe Venus, ex de los Valedores, no creo que se hubiera puesto roñoso.

El bigote es sabiduría
Gracias a los dioses del futbol que el único equipo que entró en razón fue el glorioso Pumas de la UNAM, de El Tuca Ferretti, que en vez de contratar a un patea pelotas recomendado de mi tío Filemón, prefirieron guardarse los dos pesos que piden los representantes.

DE INGLESITA
Lo vi. Iba con una velocidad descomunal. La repetición en la televisión era clara, el zapatazo de pierna derecha llevaba impreso un sello de carácter, ambición, garra o rabia. Sí, era carácter y ambición y garra y rabia porque era la final de la temporada 90-91, el tiro era a la portería de Adrián Chávez del América. Y la esfera blanca parecía envuelta en llamas y penetró la red o el alma de las águilas. Esa tarde El Tuca le dio el título al Pumas de la UNAM; esa tarde dejó de ser jugador; esa tarde se convirtió en leyenda.
PD: con esta frase saludo a mi amigo El Poste Rabioso, ¿te dolió esa final?